CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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La creación del hombre, del ser humano no está completada hasta que no se produce la conexión con el alma: cuerpo y alma unidos. Por eso, en casi todas las tradiciones se cuenta que los dioses hacen varios intentos de crear al ser humano.

Concretamente en la tradición maya hacen varios intentos hasta encontrar al ser humano que les nombre. Nombrar a Dios es verle, reconocerle, hacerle presente, como el espectador hace presente la realidad que contempla. Eso sucede cuando tú de repente ves algo que estabas viendo sin ver, porque no eras consciente. Es una iluminación.

En esta tradición es necesario que el ser humano nombre a la energía divina, la encuentre, la reconozca y entonces pueda ponerle un nombre, y así hacerla presente y darla vida. En realidad, es el ser humano el que recibe esa vida. Entonces, es la vida que se amplía.

Los varios intentos están traduciendo los distintos niveles de tu conciencia cuando aún no ha conectado con su alma. Entonces estás en un mundo material, de conflicto, pelea, ego, que no es el mundo real. Es el mundo del miedo y no del amor.

Todos esos seres humanos no son válidos, porque no es el mundo de la vida plena, y si no es el mundo de la vida, es el mundo de la muerte, de la oscuridad, donde todavía no ha aparecido la luz, que es la vida.

Al mismo tiempo que la creación del ser humano no está completada porque la vida no es plena hasta que el ser humano conecta con su alma, también sucede que la vida no está completada hasta que no sucede en ti, porque el arquetipo del ser humano está en cada persona.

Y si no sucede, solo son cuentos, propuestas mitológicas.

La creación del ser humano que bendice a Dios, que le reconoce y honra solamente sucede cuando conectas con tu alma y tienes conciencia de ello.

A partir de ese momento toda la humanidad ya toma contacto con la realidad divina, aun sin ser plenamente consciente. Entonces, sucede que la madre tierra que te da un cuerpo y el padre cielo, el padre Dios, la diosa madre y el dios padre, representados por la tierra y el sol, o por el agua y la luz, o en la forma simbólica que sea, se encuentran. Sucede el encuentro.

En ese momento en que tú conectas con tu alma sucede el éxtasis glorioso o gozoso del amor.

Entonces, la conexión con el alma es el éxtasis glorioso de la energía divina. Y ese es el ser humano, el ser humano feliz.

José Cabal. Viatzolkin.com