CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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La forma de actuar, es decir tu manera de ser, es lo que te introduce y te asienta en la cuarta dimensión, paso y acceso a la quinta. Así de fácil o así de DIFACIL; o difícil y fácil, pero es mejor decir fácil, así que “di fácil”.

Difícil, porque la forma de actuar tiene mucho de comportamiento aprendido, sólo que la enseñanza se dirige más bien a cómo vivir en la tercera dimensión, donde el tiempo es oro y se te va constantemente de las manos y lo que tratas es de retenerlo, infructuosamente, siempre sin éxito estable.
Y fácil porque en realidad lo que buscas ya lo tienes, sólo que no lo ves porque no lo valoras.

La cuarta dimensión, donde el tiempo es amor y es lo que tienes, no es jerárquica, porque donde “tú eres otro yo”, nadie puede ser más ni menos, y ese es el tiempo de pasarlo bien.
La cuarta dimensión, antesala de la quinta, es un espacio propio de la luz, donde sólo las personas transparentes a la luz pueden acceder. Es el lugar donde realizar los ajustes necesarios, donde aprender y reconocer. Y el pasaporte es el amor.

Hay una visión donde parece que venimos a la vida para morirnos y que nos entierren, después de habernos esforzado por conseguir dinero para comer, pagar la casa y comprar ropa para ir a trabajar. Pero hoy muchas personas encuentran que hay muchas realidades superpuestas y que de alguna manera urge encontrar y elegir una realidad adecuada evolutivamente para la humanidad.
No les sirve vivir para morir, sino vivir para vivir mejor.

Para entrar en la quinta dimensión solo puedes hacerlo desde la cuarta, y en la cuarta solo puedes estar si eres capaz de amar a todas las personas por igual, sin hacer acepción de personas, es decir sin mirar el exterior.
Por ejemplo, para que se entienda, las personas en la tercera dimensión aceptan fácilmente a los poderosos, ricos, guapos y famosos, y quieren que se les relacione con ellos, pero rechazan a los que no tienen dinero, prestigio, belleza, fuerza y son tontos, feos, pobres, mal vestidos o de clase baja, por lo que sea en su criterio.
Esa forma de actuar es propia de la tercera dimensión y te veda el acceso a la cuarta, donde “tú eres otro yo, y yo soy otro tu”, y lo que es activo es el amor.

En la tercera dimensión no está activo el amor sino “la ley”, pero en la cuarta dimensión se activa la misericordia, no la ley, porque no te cortas tu mano si rompes algo sin darte cuenta o a propósito, ni te cortas la lengua si insultas o mientes, ni pides tu cabeza, ni tus bienes hagas lo que hagas. Al contrario, aunque muchas veces seas autoagresivo contigo, pero como enfermedad, la misericordia es superior al juicio.
En la cuarta dimensión tu imagen es amorosa.