En un determinado nivel, que «casualmente» es el nivel en que nuestros cuerpos, gracias cuerpos, nos sitúan, la Dualidad, gracias dualidad, activa el amor, porque el amor, gracias amor, reintegra la unidad.
El amor une la dualidad.
La oscuridad, gracias oscuridad, permite ver la luz. Gracias Luz.
De la misma manera que la oscuridad permite ver y reconocer la luz, la dualidad permite encontrar la unidad gozosa y entonces reconocer el amor.
También el fallo, el error permite encontrar el acierto. El acierto gozoso.