CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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La familia central está asociada a la energía de canalización.
Está formada por el viento, la mano, el humano y la tierra.

Esta familia expresa donde se une lo material y lo espiritual, por eso habla en su tono resonante de sanar, es decir, que lo material es algo que para nosotros hoy requiere ser sanado, porque la auténtica realidad de lo material es su condición espiritual. Encontrar el espíritu de la tierra es respetar a la tierra, a la vida. Encontrar la mano como canalizar es encontrar el aspecto espiritual, y cómo toda sanación es un hecho espiritual.

El viento, manitú; la mano, que es la canalización como conexión con otras dimensiones; el humano, cómo la libertad es una expresión de Dios, sólo que de un aspecto material de Dios, y por eso se incluye la necesidad de sanación, es decir de espiritualización; y la tierra.

La familia del viento, la mano, el humano y la tierra, tiene como eje fundamental la canalización, que a su vez tiene como eje fundamental la sanación, de tal manera que esta familia expresa la necesidad de que el ser humano se abra voluntariamente a la energía de dimensiones superiores.

Los cuatro conceptos de la familia definen al ser humano, no sólo uno.

LOS SELLOS EN LA FAMILIA:
Hay dos sellos donde se manifiesta alguna parte física del ser humano, el viento –la boca- y la mano, y los dos forman parte de esta familia.
El viento contiene al espíritu, la comunicación y las cuerdas bucales, y tiene como antípoda al humano. Y la mano está unida como antípoda a la tierra.

La mano como sello significa realizar, y como tono canalizar. Y el viento es la comunicación y el espíritu como sello, y el regalo como tono.
El viento es algo mucho más amplio que la humanidad o que un ser humano, porque viento es el espíritu, y el espíritu es la realidad total.
El viento se representa con una lengua humana. Es muy importante lo que digas, porque te acerca al regalo o lo aleja.
La naturaleza de la palabra es ser vehículo del espíritu y dar vida, conciencia y amor a las personas. La lengua sirve para expresar el espíritu.
La mano es el sello azul que hace referencia al humano, y el azul es el presente y el fuego. Pero el humano en realidad es amarillo. De alguna manera el presente es un comienzo para el humano, porque el amarillo proviene del azul. Pero el lugar del humano está en la expansión, en la luz. El presente solo es la entrada, pero el lugar del humano es la expansión.

El humano es el sello 12, que como tono significa “cómo puedo colaborar con todo lo que existe”. A lo máximo que puede llegar en la tierra el ser humano es a colaborar siempre y constantemente con todo lo que existe.
Como Dios, que no se contrata por horas.
Como el sol, que es benéfico para todo lo que existe y tampoco se contrata por horas.
Como la tierra, que es acogedora, benéfica con todo lo que existe.

Hay una unión entre la tierra y el hombre, es decir, forman una unidad. Lo que le haces a la tierra te lo haces a ti.
La ecología, algo actual, es coincidente con este conocimiento expresado por el Tzolkin, sólo que la visión maya informa, con carácter de urgencia, de que a la tierra le da igual lo que le hagas, pero tú te estás destruyendo.
Los seres humanos le debemos un reconocimiento a la tierra, que le negamos, porque la tierra no sólo produce alimentos, sino también sanación.

El tono 12 habla de generosidad constante, sin ego, de “cómo puedo colaborar con todo lo que existe”, como Dios, como el sol, como la tierra, como el agua.
Y este tono 12 está asociado al 2, que es el regalo pero también el espíritu.
El ser humano sin espíritu todavía no es humano, y el 12 como sello está asociado a la luna, que significa las emociones. Es decir que el humano tiene dos compañeros, el espíritu y las emociones.
El humano está compuesto en parte de un elemento espiritual bajo la forma del mundo de las emociones.