CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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LA FAMILIA POLAR (Extracto del Libro de las Familias de próxima publicación)
La familia polar está compuesta por la serpiente, el perro, el águila y el sol.
Está asociada a la energía de la luz.

Contiene a los animales, como representación de la fuerza vital, y al sol, como representación de la luz, expresando evolución ascendente.

La serpiente está pegada a la tierra y confundida con la tierra; expresa lo más a tierra como lo menos iluminado, lo menos consciente de esta familia, si lo vemos como una escalera ascendente subiendo hasta el sol.
La serpiente representa una energía instintiva y poco consciente de supervivencia, personal y de la especie, y contiene también la energía sexual más instintiva. Pero también es símbolo en todas las culturas de una energía sanadora. Puede llegar a ser una serpiente emplumada, como símbolo de la kundalini ascendente, pero siempre es una energía de supervivencia, sanadora para la especie y a nivel personal.

El perro tiene sus patas en la tierra, pero no su tripa, como un escalón ligeramente separado de la tierra, asociado al amor, solo que incondicional, nada que ver con el típico “quiero, quiero” o “yo, yo, y yo, porque yo quiero”. Eso no está en la ascensión. El perro expresa el inicio de la ascensión o de la iluminación, sobre todo asociado a su oculto el mono, que vive en los árboles, en el amar.
La energía del perro se sitúa en el horizonte (fila 10 del Tzolkin), donde se unen los dos mundos, el celeste y el terrestre, presentando una energía corporalmente similar a la del cuerpo humano, como algo entre el cielo y la tierra.

La serpiente, como sello 5, representa energía, y el perro, como sello 10, la tarea del ser humano. Pero cuando la tarea del ser humano del amor incondicional se bloquea y no se dirige hacia el cielo, sino que regresa a formas menos conscientes de donde procede, se vuelve fácilmente brutal y pornográfico, siendo más destructivo que constructivo.
Sin embargo a través de la apertura al amor incondicional, la serpiente puede convertirse en un águila. El 5 de la serpiente y el 10 del perro, llegan a convertirse en un 15, para ascender hacia el sol.

El águila está arriba en el cielo cuando vuela y el resto del tiempo con sus patas sobre las rocas y la tierra.
Tanto en la cultura olmeca, como en la tolteca, maya y azteca aparece la serpiente emplumada como expresión de un concepto de ser supremo, de Dios. Parece que para los toltecas, aztecas y otros mexicas (hay infinidad de variantes) el nombre con que era usualmente conocido era Quetzalcóatl, mientras que para los mayas sería más bien Kukulkán. Pero el nombre no es lo más importante sino el significado, ya que contiene un sentido trascendente trasformador.
El águila, la serpiente emplumada y Quetzalcóatl eres tú mismo, con la kundalini expandida. La kundalini (sello 5) más el amor (sello 10) es el águila (sello 15), y el vuelo del águila te lleva a la iluminación.

Y finalmente se encuentra el sol, que está siempre arriba en el cielo, en lo más alto.

Pero el viaje del dragón al sol no es la siesta al sol después de haberse comido el depredador a su presa. No es un dormir, sino un despertar.