CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Recordando un escrito de hace dos años:

La mayoría de los diagnósticos son decretos, e incluso la minoría también, es decir el resto.
Como tales decretos son órdenes en el ensueño, y como el cuerpo es obediente, obedece el decreto.

Pero esto sucede en tercera dimensión, la dimensión del ego, que es la de la guerra, o sea carencia de paz, y del cuerpo enfermo, o sea, carente de paz y de armonía.
El decreto te obliga. Por eso la dimensión del ego también es una dimensión de falta de paz, de tiranía y de abuso.

Estamos hablando de dimensiones, que están relacionadas con la conciencia, es decir, con lo que crees. Si crees las cosas de forma maquinal, ya sea por inercia, educación o porque te han dicho que así son las cosas, pero sin ponerlas a prueba, te mantienes en esa dimensión, donde la conciencia está restringida.
Esa es la dimensión del cuerpo enfermo y la del alma enferma.

Si a través de lo que significa el azul pones tu conciencia en lo que vives y en lo que haces, en por qué lo haces y sobre todo en qué quieres evitar, y lo vives ampliando la posibilidad de lo que haces, supone la apertura de un diálogo con uno mismo.
Es decir, por ejemplo, diciendo “si en lugar de hacerlo así, como siempre, lo hago de esta otra manera que me está sugiriendo ahora mi intuición, ¿qué puede suceder?”, o “¿por qué no puedo mirar hacia allá?”, o “dicen que esto no es posible, pero, ¿y si fuera posible?”.
Este diálogo luego puede ser extendido, preguntando directamente a aquello que hay detrás de todo, por ejemplo: “Se que estás ahí. Quiero esto o lo otro, pero me dicen que no es conveniente. ¿Por qué nunca consigo encontrar lo que busco?”
Es decir, abres un diálogo con aquello que no ves.

Cuando te sitúas en esta apertura, tal vez estás entrando en otra dimensión, porque la asociación de conciencia, diálogo y vivencias que contienen experimentación abre mundos desconocidos, expande tu realidad y en ese diálogo te transforma.
¿Por qué estoy enfermo?, ¿qué puedo hacer?, ¿por qué esto tiene que ser así? Te lo puedes preguntar a ti mismo, pero también cuando preguntas por aquello que está detrás de la apariencia y te diriges directamente, suceden cosas que normalmente suponen muchísimos cambios interiores en los criterios y en las actuaciones.

Hay otra dimensión del gozo, donde el cuerpo está sano, porque gozo y sano van juntos, siempre que estén unidos bajo la vibración del amor. Y ahí se acaban los decretos.
Existe un cuerpo gozoso.

También hay personas que son ángeles voluntarios que soportan las enfermedades en la cuarta dimensión como una ayuda a tu conciencia. Tienen esa misión, y cuando la encuentran, también encuentran paz en su vida, porque saben quién son. Su vida tiene sentido y saben que su cuerpo está en la dimensión sufriente, pero su ser está en dimensiones superiores.
También los animales y los árboles son ángeles.