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13/2/2017
La primera vez que aparece la palabra en el histórico de cada persona es como un sonido. Inevitablemente, el primer contacto de todas las personas con la palabra es en forma de sonido, por la sencilla razón de que el ser humano nace y no sabe pronunciar palabras, algo que tiene que aprender, ni tampoco sabe crear palabras, algo que forma parte del proceso de aprendizaje que le lleva a ser humano.
De modo que en el histórico cada persona se encuentra con las palabras como sonido que le dicen sus padres o las personas que le ayudan a sobrevivir.

La palabra aparece como un sonido inicialmente, pero no es un sonido, porque un ruido o algo que suena no es una palabra por el hecho de sonar.
La palabra aparece inicialmente con el sonido en conexión con el oído, que forma parte del séptimo chakra. Así, la palabra inicia el contacto con el ser humano en una escala descendente. Se sitúa en lo más alto mostrando un vector descendente, no ascendente. El primer contacto con el ser humano es en el séptimo chakra y su repercusión es descendente, hacia el primer chakra, ayudando a construir la parte material del ser humano.

La palabra como sonido, porque la palabra puede ser también considerada como un sonido, sitúa al ser humano en el mismo nivel que todo lo que puede producir sonidos, como pueden ser otros animales, pero también cosas como la lluvia, una gota al caer sobre una roca, el aire, las olas o los volcanes. Sin embargo, no son palabras. Son sonidos, pero no palabras, aunque también producen reacciones en el ser humano.

El criterio del sonido está en la armonía y la belleza. Un sonido desde la armonía, armoniza al ser humano, y un sonido discordante, desarmoniza. Hay un momento en que la palabra puede ser plenamente un sonido, que es cuando aparece un mantra. Un mantra es una palabra, que es válida sobre todo por su sonido, por la armonía que hace aparecer.
Pero en un segundo momento la palabra aprende el lenguaje de la forma, apareciendo como escritura, y entonces es como si se parara el tiempo, porque la palabra como sonido solamente sucede en el presente, pero cuando aparece como palabra escrita, que ha aprendido la forma, aprende también a esperar en el tiempo, a no desaparecer.
En ese momento la palabra se está relacionando con el ser humano a través del sexto chakra, en la línea de la mirada, reforzando así la idea de cómo el sonido viene de dimensiones superiores en un descenso al encuentro del ser humano.

Cuando la palabra ha adquirido una forma escrita ya no necesita y no depende del sonido, y puede actuar como onda de forma, pudiendo modificar la forma en que cristaliza el agua. Así, la palabra interactúa con el agua, eliminando distorsiones, purificándola, limpiándola y armonizándola.
De esta manera vemos una relación de la palabra, no solamente del sonido sino también de la palabra-forma con el ser humano en su aspecto agua, que nos lleva directamente al mundo de las emociones.

En un tercer nivel de descenso aparece la palabra en el quinto chakra, como palabra pronunciada que está traduciendo el interior de la persona. Está traduciendo el corazón, porque la palabra necesita expresar el corazón. Así, al expresar el corazón, la palabra se va convirtiendo en palabra, más allá del sonido y de la forma.

Pero la palabra no es únicamente un sonido, ni un sonido que expresa emociones o conocimientos, o una forma. También existe otro nivel de la palabra que es el nivel telepático. Ese es el nivel que es necesario explorar en este tiempo, porque es donde la palabra es más poderosa y encuentra su verdadero escenario.
Gracias.