La realidad no necesita ser lógica. Si la vida es real, si lo real es lo que existe, lo que está vivo, no es la lógica la que crea la vida y la realidad, sino que es la vida la que crea la lógica.
La lógica no hace más real o más auténtica a la vida.
La maravilla, que es la vida expandida, aparece en el momento adecuado, y no necesita que las cosas vayan bien.
La vida para desplegar su maravilla no necesita que las cosas vayan bien y sean lógicas. Muchas veces, justamente cuando todo se derrumba, cuando todo parece ilógico y desconcertante, es cuando la realidad se despliega y se expande.