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La tierra y el ser humano son el resultado del agua y la luz:

En la antigua Grecia los sofistas enseñaban a defender una opinión y también la contraria, porque eso es perfectamente posible con las palabras. Las palabras permiten hacer una frase con el sí y otra con el no.
También lo vemos cotidianamente todos los días en el mundo de la política, donde los mismos argumentos o sucesos sirven a unos para decir una cosa y a otros para decir la contraria. Incluso el mismo personaje puede decir lo mismo y lo contrario en sitios distintos.

La ciencia está hecha con palabras y por tanto al final son construcciones donde lo que parece absolutamente objetivo quizá no lo sea tanto.
Se admite como científico que la tierra es polvo de una supernova, es decir, una superestrella que en un momento estalla. Ese polvo empieza a compactarse como consecuencia de las fuerzas gravitacionales que existen uniendo las estrellas, incluso cuando la supernova desaparece, y también como consecuencia del agua, que, al oxidar los metales de la supernova, los va uniendo formando masas compactas, en un proceso de millones de años. Claro que hablar de millones de años es una explicación que se da desde este lado de la realidad, porque el año es un concepto humano.

También se reconoce “científicamente” que el agua en la tierra viene de más allá del sistema solar. Por lo menos eso dice la NASA. El agua no lo produce el sol y tampoco el polvo cósmico estelar, sino que viene de más allá del sol.

Son dos explicaciones científicas, pero lo que es seguro es que no ha habido ningún ser humano para comprobarlo ni para verlo. Consecuentemente se mueven en ese terreno de lo absolutamente cierto, para el que quiera decirlo así, pero que tiene bastante de simbólico.
Es decir, en la formación de la tierra coexisten dos fuerzas, una que llamamos agua y viene de más allá de donde estamos, y otra que, aun no teniendo luz en estos momentos, reconocemos como formando parte de una supernova, es decir de un núcleo que emite luz constantemente.

La tierra es el resultado del agua y la luz. A su vez, el cuerpo del ser humano también es resultado del agua y la luz. Es el resultado del agua que viene de más allá y de la supernova, que es el aquí, pero transmutado.
Por lo tanto, si estamos en la tierra, que es polvo de la supernova, estamos en la supernova y somos la supernova, además de agua.