CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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sólidos platónicos y castillos
SÓLIDOS PLATÓNICOS:
Para los pitagóricos eran importantes los poliedros regulares, que han venido a llamarse sólidos platónicos.

Estos sólidos platónicos aparentemente no tienen nada que ver con el Tzolkin y sin embargo hablan de lo mismo, incluso de la misma manera y son accesibles por el mismo sistema, compartiendo sabiduría. El acceso a esta sabiduría es mirando.

El cubo es el primer sólido platónico. Es un poliedro regular compuesto por cuadrados. Normalmente significa la tierra y podría ser el primer chakra o la parte estructural del cuerpo, la red de colágeno.
El segundo poliedro es el icosaedro, que normalmente se asocia con el agua. Está formado por 20 triángulos, que están unidos de cinco en cinco, de tal forma que más allá del triángulo aparece el pentágono. Podemos decir que está compuesto por triángulos y de alguna forma también por pentágonos.
El tercer poliedro es el tetraedro, de cuatro caras y compuesto también por triángulos. Corresponde al fuego.
El cuarto poliedro es el octaedro, que corresponde al aire y está formado por triángulos. Pero más allá del triángulo, forma cuadrados.
El quinto elemento es el dodecaedro, que está formado por 12 pentágonos. Se corresponde con el éter.

Estos cinco poliedros sólo contienen 3 tipos de figuras en plano: el cuadrado, el triángulo y el pentágono.

CASTILLOS, COLORES Y SÓLIDOS PLATÓNICOS:
Si ahora nos aproximamos desde el Tzolkin, vemos que la secuencia de
los colores es rojo, blanco, azul y amarillo.
El ROJO siempre significa lo primero, lo que inicia, igual que el cubo en los sólidos platónicos y la tierra en los elementos.

En segundo lugar aparece el BLANCO, que es refinar. Te dan algo y, sea lo que sea, lo primero que hace ese algo es aparecer y en segundo lugar tú evalúas para qué puede valer o qué utilidad le puedes dar.
Cuando algo aparece por primera vez en tu conciencia o en tu campo visual, no le das inmediatamente una adhesión, sino evalúas si supone un peligro o puedes aceptarlo. Todo ese tipo de procesos están en el blanco. Si dijéramos que solamente se trata de pensar para qué vale, diríamos que el blanco es una acción mental, pero cuando algo aparece por primera vez lo que se pone en marcha muchas veces está más relacionado con la supervivencia, no con el sentido práctico.
Por ese motivo, lo blanco no significa lo mental, sino tal vez algo más relacionado con respuestas de empatía dentro del mundo de la emoción.
Así, lo que el Tzolkin llama refinar, en una explicación desde los sólidos platónicos es el agua, el mundo de las emociones.
De esta manera, lo segundo es el blanco, el icosaedro, el agua y las emociones.

En tercer lugar aparece el AZUL, que es transformar. Corresponde al fuego y aparece como algo más práctico, transformando los alimentos, como fuego de la digestión, en energía útil para ti.
El tercer lugar entonces está ocupado por el azul, el tetraedro y el fuego.

En cuarto lugar se muestra el AMARILLO, asociado a la maduración y a la expansión. En los sólidos platónicos es el octaedro y el aire, cuya característica es que sus moléculas no tienen una fuerza de atracción.

De esta forma, el rojo es la tierra, el blanco es el agua, el azul es el fuego y el amarillo es el aire, significando iniciar, refinar, transformar y madurar.
La característica de la tierra es surgir y aparecer con una forma.
Refinar es reconocer; perteneciendo al mundo de las emociones.
El fuego es la descripción de la transformación; ser o no ser.
Y el aire es la expansión.

Acabamos de ver la relación entre los sólidos platónicos y los colores en el Tzolkin: rojo, blanco, azul y amarillo. También los castillos, al seguir la secuencia de los colores en el Tzolkin, están asociados a los sólidos platónicos: primer castillo rojo con el cubo, segundo castillo blanco con el icosaedro, tercer castillo azul con el tetraedro, cuarto castillo amarillo con el octaedro y quinto castillo verde con el dodecaedro.