CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Enlazador 9
Seguimos invitando a recitar los sellos que aparecen en la columna resonante como una meditación, donde la repetición de lo conocido -que habitualmente es un mantra, una palabra resonante, una oración, o también la observación de la inhalación, o sea el viento, y la exhalación del aire, o sea el viento-, te introducen en estados iluminativos, es decir, permiten que se establezcan contactos vibracionales que normalmente la mente impide.

La repetición de mantras, de oraciones o la observación de la repetición constante de algo que te mantiene vivo como es la respiración, te permiten adentrarte en realidades más allá de la habitual, simplemente porque entretienes a la mente.
Cuando hablamos de la mente, de lo que estamos hablando es de ti, de mí y de cualquier persona. Pero lo que sucede no es que la mente sea un enemigo que nos impide acceder a algo, sino que contiene una energía expansiva que traduce la energía vital, porque es parecida a una explosión, es decir a algo incontrolable. Tampoco decimos incontrolable como algo que contenga una característica negativa, sino que hablamos de explosión como intensidad extrema, ya que la mente es una energía vital extraordinaria, que te traduce como persona y que es un regalo y un don.

También podríamos compararlo con el agua, y donde antes hablábamos de una explosión, ahora lo haríamos del agua en el sentido de desparrame, como algo que al no tener forma se mueve en todas las direcciones.
Así, la meditación sería encontrar un mecanismo que, ante una fuerza expansiva similar al comportamiento del agua al derramarse un cubo lleno de agua en el suelo, de repente viésemos cómo se concentra, empieza a unirse, juntarse y aglomerarse hacia un centro y de repente desaparece; o como ante una explosión, que vemos que va hacia fuera, de repente empieza a ir hacia atrás y a juntarse, y de repente desaparece.

Lo que sucede es que esa energía expansiva ha encontrado que puede expandirse en otra dimensión, y entonces se avisan todos los componentes de esa fuerza expansiva, se unen y se transmiten que hay un camino para expandirse más pero en otra dimensión, es decir que han encontrado un agujero de gusano donde entrar en otra dimensión.

Y eso es lo que sucede en la meditación.
Es algo que está presente visualmente como hoja de ruta en la columna resonante, como un fractal de todo el Tzolkin, que a su vez es como un fractal de una realidad más amplia.

Así, vemos que la ordenación de los 20 sellos, que en el Tzolkin que nosotros utilizamos aparece 13 veces en las columnas, encontramos que hay una energía que va desde el sello 1 al 260, dragón 1 al sol 13, y que también hay una energía, que es la que articula los ocultos, que va en sentido inverso desde sol 13 a dragón 1. Pero estas energías no acaban ahí porque van a continuar, en las dos direcciones, en otro Tzolkin y así sucesivamente de modo ilimitado.
De modo que todo dragón 1 está recibiendo la energía de un sol 13, lo prolongando tanto en el final como en el principio la secuencia. Y simultáneamente, la energía de los ocultos, que va de sol 13 a dragón 1, continúa en el tiempo pasado de modo también ilimitado, y eso nos permite reconocer que toda la energía que aparece en el sol 13 proviene de un Tzolkin anterior, recibiendo la energía del dragón 1.

Invitamos a realizar también esta meditación conteniendo los 260 sellos, recitados junto con su oculto.
En esta secuencia vemos que hay dos cruces, una de ellas está situada en perro 13-mono 1, en el centro del telar, correspondiendo a lo que coloquialmente denominamos el nuevo nacimiento y que también es el centro de la columna resonante.
Y la otra cruz está en los sellos que hemos repetido antes, dragón 1-sol 13.
Así, el 1 y el 13 contienen momentos de cruce, porque la energía va formando equis o rombos, es decir las equis se transforman en rombos y los rombos en equis, y esos son los cruces.

Esto mismo lo vemos en la columna resonante, donde el tono 7 está expresado con los sellos de la semilla 7 y la tierra 7, siendo también lugares de cruce entre los tonos, como vemos a continuación.
La columna resonante comienza con el tono 4 del dragón 4, cuyo oculto es el sol 10, después está el tono 5 del viento 5, con su oculto tormenta 9, y el siguiente es el tono 6 de la noche 6, con su oculto el espejo 8.
En la semilla 7 el recorrido de los tonos se junta (4-10, 5-9, 6-8 y 7) y vuelve a abrirse, iniciando el dibujo de una equis, al repetir el tono anterior, solo que en lugar de 6-8 ahora es 8-6, con la serpiente 8-guerrero 6, luego es 9-5, con el enlazador 9-águila 5, que es el día de hoy en esta meditación, y después 10-4, que será lo que suceda mañana, mano 10-mago 4, y que es similar al 4-10 con que ha comenzado la columna (7, 8-6, 9-5, 10-4).

Podemos ver que el tono resonante actúa como un espejo para los tonos, de forma similar a cómo en el Tzolkin la columna resonante actúa como un espejo para los sellos.

Esto da lugar a una equis con los tonos, que encuentra otra equis similar entorno a la tierra 7, formada por el día mago 4 con su oculto mano 10, que hemos visto anteriormente entorno a la semilla 7 y que también como 4-10 va a estar presente en el final de la primera equis, que será el sol 10 cuyo oculto es el dragón 4.
De modo que en esta segunda X formada por tonos se van a repetir los mismos tonos que veíamos anteriormente, solo que en sentido inverso: mago 4 – mano 10, águila 5-enlazador 9, guerrero 6-serpiente 8, tierra 7, espejo 8-noche 6, tormenta 9-viento 2, sol 10-dragón 4.

Sin embargo en el centro de estas dos X quedan 6 sellos que no forman parte de ellas, pero que podemos ver claramente cómo dibujan un rombo en el Tzolkin con la doble línea de portales. Ese rombo se inicia en la estrella y termina en el caminante del cielo, y en su centro contiene justamente el centro del telar, que es también el centro del tercer castillo, castillo azul, donde finaliza la onda 10 y se inicia la onda 11 en lo que denominamos el nuevo nacimiento.

Además, podemos ver que la doble línea de portales que forman un rombo, también dibujan una estructura similar a la cruz chacana. Muestra así la resonancia del Tzolkin con otros símbolos de alta transcendencia, ya que la cruz chacana que dibuja en negro su estructura escalonada, contiene también en su interior una cruz templaria de brazos iguales, donde se ve una fusión amorosa entre dos partes ignoradas, ya que las civilizaciones que se desarrollaban donde ha surgido el Tzolkin y la cruz chacana desconocían, por lo menos a nivel de masas, la existencia de otras civilizaciones en otros continentes, aunque sus sabios pudiesen conocer en alguna época conocimientos profundos acerca de los ritmos celestes. Y también las civilizaciones en lo que se podría denominar viejos continentes desconocían, por lo menos a nivel de masas, la existencia de sus hermanos humanos en los nuevos continentes.
Sin embargo, la firma estaba hecha para que en su momento fuese reconocida.

De alguna manera podemos ver cómo los dos puntos resonantes en la columna resonante, traducen las dos X que aparecen en el Tzolkin cuando se enlazan con el siguiente y con el anterior, y también cómo el espacio del centro, que vemos como un rombo, es decir como el sello de la estrella, traduce algo que sucede también en el centro del Tzolkin.
Nos encontramos ante estructuras fractales, donde cada una contiene los mismos elementos pero en forma reducida o expandida. Y aquí la invitación es a adentrarse en el momento, es decir en este momento en que se abre la resonancia.

La secuencia comenzaría con 4-10, que traduce una actividad mental de la persona que se pregunta cómo resonar, siendo la respuesta a través del amor incondicional.
El siguiente paso traduce el 5 y 9 como un momento donde permites el encuentro con los guías, que son fuerzas angélicas actuando desde dimensiones superiores.
El tercer paso, que son los tonos 6 y 8, expresa la puerta.

Cada día contiene esa energía, el primer día el “cómo”, o sea quiero; el segundo día, “escucho”, miro y mantengo la atención; el tercer día aparecen las puertas; y luego la resonancia, que a su vez es un acceso al nuevo nacimiento.

Hay una meditación, pero lo más importante es que hay vivencias y momentos de iluminación, donde lo único que sobra es el estrés, o sea el “rápido-rápido”.
Estamos. No hay prisa. Estamos.