CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Encontramos que la forma del número 7, es decir el guarismo que expresa el 7, es similar en su aspecto formal a la columna 7, de modo que contiene una información auxiliar del contenido de la columna resonante 7.

La columna resonante número 7 desciende desde el dragón 4 hasta el sol 10, proviniendo de la columna 6 que está visualmente a su izquierda.
Y en el guarismo 7 también vemos que hay una línea que desciende pero que proviene de su izquierda. Enlaza en la parte superior, proviniendo de su izquierda, y desciende tan abajo como llega el número 7.

En el prototipo existe ese trazo, es decir que la línea que ingresa en la columna 7 proviene de la columna anterior, sin que sea imprescindible hacer presente a toda la columna anterior, o sea a la columna 6, mientras que sí conviene presentar a la columna 7 en su totalidad.

La información que contiene el guarismo 7 es que para entrar en la columna 7 tienes que venir con tu conciencia desde lo que expresa la columna 6, que es la línea de portales que están expresando el ascenso de la kundalini. Es decir la luz interior sale de su oscuridad, pero es la luz que está dentro de ti, es tu luz.
De modo que para entrar en el espejo, que es lo que representa la columna 7, tienes que haber vivido la experiencia del ascenso de tu kundalini, y entonces conectas con el espejo.
Y el pequeño trazo horizontal representa los 3 primeros sellos de la onda que va a dar contenido a la columna resonante pero que todavía está fuera, en la columna 6.

Para entrar en el 7, provienes del 6. Está claro, cuando aprendes a contar, es lo que haces: 1,2,3,4,5,6 y 7. Eso es lo primero que aprenden todos los niños, pero muchas personas lo que aprendemos cuando niños no lo procesamos, y a veces lo sustituimos por engaños, o sea el tipo de engaños que te hacen sentir bien, pero que no nutren al ser real sino al ego. Traducido esto a conceptos explícitos, es que no accedes al nuevo nacimiento desde algo que pueda significar sol 10, como perfección o iluminación, sino desde lo que significa dragón 4, es decir, desde la solidaridad, encontrando aquello que te une a las demás personas, a la realidad y a lo que hay más allá de la realidad, y no aquello que te hace sentir perfecto.

El 4 también significa algo asociado a una manera de vivir, a un “cómo” donde encuentras la autoexistencia como expresión de que todo está bien, es decir que tú no eres un mejorador sino un voluntario, quizá entregado a la maravilla que intuyes.
El guía del dragón 4, donde se hace presente esa solidaridad que tiene su origen en el espejo, es la tierra 4, donde el “cómo” expresa que eres un voluntario que está aprendiendo, porque es el tono 4 de la onda del 4. “Está aprendiendo” quiere decir que no impones tu conocimiento, sino que lo recibes a través de tu proceder entregado, observante y respetuoso, es decir amoroso.
Y eso es lo que da sentido al trazo superior que da origen a la línea que desciende.

También en el 7 existe, aunque muchas veces se omite, ese pequeño trazo en el centro que cruza la línea que desciende, y que justamente corresponde al lugar del nuevo nacimiento donde el perro 13 se convierte en mono 1 porque son lo mismo.
Es decir, la pequeña línea horizontal que cruza la vertical del 7 es la cruz donde se sitúa el nuevo nacimiento.

También tenemos que resaltar que la estrella de David es una estrella 6 –decimos estrella 6 para relacionarlo con la columna 6, simplemente porque es una estrella de 6 puntas, es decir que es estrella y 6-, pero sí miramos bien vemos que está compuesta por sietes. Es decir que David contiene algo similar a la columna 6, es decir que es una puerta.
Sí, David es una puerta al nuevo nacimiento; como arquetipo, es una puerta para el nuevo nacimiento, donde el nuevo nacimiento es el rey de la paz.
David expresa un nivel dimensional, y Salomón otro nivel dimensional y un nacimiento, y lo importante es que tú lo vivas, que seas David y que seas Salomón.

Ahí está la columna resonante. Pero el secreto de David no es que sea rey, que gane batallas o ni siquiera que sea elegido, sino reconocer su culpa. Allí donde David ve al ángel matando a los habitantes de Jerusalén es donde su hijo construye el templo. Y el ángel exterminador cesa en su exterminio cuando David dice “yo pequé”. Cuando lo dice, cesa el castigo, y allí donde ve al ángel, su hijo construye el templo.

Es decir, en el lugar y en el momento en que la persona reconoce su culpa, se inicia el arquetipo y la construcción del templo. No se gana ni se inicia por la acumulación de las obras de la perfección o de lo que podamos llamar amor incondicional, o sea que no se inicia con el 10 sino con el 4.
El oponoh-oponoh no comienza con el “te amo”, sino con “el perdón”. Hay algo primero que no es lo último, y lo último no será lo último sin lo primero, a no ser que el 7 esté equivocado, y aun así habría que comprobarlo.
Sí, el sol allá en el cielo ha empezado como una serpiente postrada en la tierra.

Gracias y perdón.

Libro segundo de Samuel, capítulo 24, versículo 17: “Cuando David vio al ángel que hería al pueblo dijo a Yahvé: yo fui quien pequé, yo cometí el mal…”.
Capítulo 24, versículo 25: “Levantó allí David un altar a Yahvé… Entonces Yahvé atendió a las súplicas en favor del país y la peste se apartó de Israel”.