¿Por qué la sangre es roja como el dragón, como la luz entrando en la materia para cumplir una misión?
¿Y por qué la sangre, que es roja como lo sólido, es líquida como el agua y como lo que expresa el viento, segundo sello, o el segundo castillo?
¿Por qué la mujer periódicamente entra en contacto con la energía del dragón y la energía del viento?
Hay quien necesita siempre alguna respuesta, pero a veces, y este quizá sea uno de esos momentos, es importante buscarlas dentro.
Hay quien quizá quiera hablar solo de política, pero de lo que hay que hablar es del descubrimiento de la energía femenina.
No nos interesa la política ni la racialidad, sino la paz y la vida, y por eso nos interesa el conocimiento de la energía femenina.
La política puede ser un tema propio de “machos dominantes”. El reconocimiento de la mujer, de la energía femenina es imprescindible para el arquetipo humano.
El sometimiento de la mujer aleja la sociedad de la estrella.
No nos interesa la política, la racialidad ni el religioneo.
Sí nos interesa la plenitud, la transcendencia y el gozo, o sea el amor.
Por ello es imprescindible el reconocimiento de la energía femenina.
