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Hasta hace poco – incluso aun todavía sigue vigente en algunos ámbitos- se describía la realidad material como compuesta de átomos, que gráficamente eran como un punto rodeado por algo que se movía a su alrededor, haciendo referencia al núcleo, donde estaban los neutrones y los protones, y a los electrones girando alrededor. Era una imagen estática, donde había algún tipo de movimiento.

Sin embargo, actualmente la visión ha cambiado y se habla de cuerdas. Ya no se trata de algo fijo, un núcleo de materia fija rodeada por algo que da vueltas, sino que todo está en movimiento constante. Y, al mismo tiempo, se comprueba que ese núcleo no es un punto, sino un conjunto de fuerzas donde aparecen partículas subatómicas, manifestando distintos tipos de fuerzas en la relación entre ellos.
Los puntos, rodeados por esa especie de aura que los rodea, se han convertido en algo parecido a gusanos o pequeñas serpientes moviéndose sin cesar. A eso se le llama cuerdas.

Hemos pasado de una configuración estática, que te invitaba a posicionarte y a adquirir un lugar, a la presencia de pequeñas serpientes que se mueven, a cuerdas que vibran, donde ya lo importante no es la posición sino el afinamiento. Ya no se trata de tener una posición, de ocupar un lugar en la sociedad o en algún sitio, sino de que tu vibración esté afinada.

Por otro lado, se elige una figura que reconocemos e nuestra dimensión, como son esas pequeñas serpientes, gusanos o lombrices, porque está mostrando el inicio, a través de esos animales que reptan por la tierra o se mueven por el suelo, sea el suelo lo que sea, que van evolutivamente a dar lugar a otros seres que caminan, que están erguidos, incluso que vuelan y se alejan del suelo.

Es como si de repente el paradigma cambiara y ya no se tratara de cuerdas como serpientes, sino que en realidad también saltaran y entonces entraríamos en una física de pulgas, capaces de dar saltos, o de águilas. Es como si de repente hubiese la posibilidad de encontrar que esa energía no solamente vibra sino que salta, es decir, que existe la posibilidad de un salto dimensional.