Quizás el sufrimiento sirve para discriminar, para percatarse, para reconocer la maravilla cuando aparece.
Quizás hay muchos caminos, caminos que no van a ninguna parte, los caminos del sufrimiento, de la traición, de la desesperanza y tu corres por ellos y vas a ninguna parte y parece que todo está mal y nada tiene sentido.
Y de pronto, todo está bien. En el monte todo está bien. Han desaparecido los siete demonios. Nadie te acosa. Y entonces puedes cantar y tu música es bella. Y cuando la gente te pregunta “¿existe el Monte?” respondes “Sí, el Monte existe”.
José Cabal. Vía Tzolkin.