Se puede vivir en la superficialidad y se puede vivir en la profundidad.
Son dos territorios más o menos definidos o más o menos imprecisos, pero son dos terrritorios diferentes ante la conciencia. Son dos territorios de la conciencia.
El ser humano puede vivir en un territorio superficial, que quiere decir con poca conciencia, repitiendo patrones, sin questionarse el porqué de las cosas. O puede preguntarse el porqué, que sentido tiene lo que hace, los valores, las ilusiones, los deseos. Puede preguntarse quién es, puede preguntarse qué son las demas personas, qué son los arboles, las montañas, los rios, las nubes. Puede preguntarse qué son esos seres vivos que no hablan con sonidos vocalicos que llamamos animales, y que pueden sorprenderte con su empatia, su sabiduria, su telepatia.
Cuando te preguntas entras en la profundidad.
Simplemente eso, cuando te preguntas entras.
Cuando te preguntas, viajas, te desplazas. Cuando te cuestionas, amplías la realidad, y cuando amplías la realidad sales, sales de tu pequeña realidad, sales de tu guarida, sales de tu aldea, de tu carcel, de tu establo.
