Si la posibilidad es de acertar, ¿por qué repetir?
Quizá venimos a este tiempo de la posibilidad para acertar, y entonces encontramos muchas ayudas para dirigir la atención hacia ese designio y esa meta.
Aunque también la posibilidad es de repetir incesantemente, como esas frutas en una batidora que dan vueltas y vueltas hasta que deciden hacerse zumo, es decir transmutar, abandonando la individualidad para entrar en esa energía colectiva, que transforma.
La persona puede estar repitiendo desde su sota, caballo y rey de la individualidad, hasta que transciende y encuentra un nuevo escenario y un nuevo espacio de realización evolutiva, que supone una transformación y una sumación, aun manteniendo su individualidad central en los momentos necesarios.
Hay una experiencia de entrega y una experiencia de individualidad.
Si solo tienes la experiencia de individualidad, pudiera ser que en algún momento sintieras la necesidad de la experiencia de entrega, que es transcendente, y la individualidad fuese como un catamarán a la deriva en el océano.
Puedes estar ahí quizá mucho tiempo, pero en algún momento sentirías que es insuficiente y tu conocimiento telepático y espiritual te lo haría saber, aunque no lo escuchases.
Por eso merece la pena, aun sin grandes conocimientos o expectativas, abrirse a la transcendencia, por lo menos a la posibilidad de la transcendencia, que es el contenido que acompaña a la humanidad desde el principio en todas las culturas y en todos los momentos.
Por eso quizá este momento es el de la oportunidad para acertar, o sea para escuchar la sinfonía completa, no como un disco rayado que siempre repite los mismos acordes.