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EL TIEMPO DA TIEMPO (Extracto del nuevo libro en preparación)

El tiempo da tiempo, es decir da oportunidad. El tiempo da oportunidad y favorece que suceda.

El tiempo en el nivel humano es lo que permite que estén vivas las cosas y que existan ante una conciencia. Las cosas son la realidad y la vida, y aparecen impenetrables a la conciencia, donde el humano ES. Las cosas, lo sólido y la forma expresan otra dimensión de la vida, que siempre ES.
Las cosas son como la realidad sin tiempo o más allá del tiempo, y sin forma o más allá de la forma. Es la conciencia la que determina la forma de las cosas y eso sucede en el tiempo. El tiempo es donde las cosas toman forma y se mueven ante una conciencia, siendo parte de un diálogo.
La conciencia, que es donde está el ser humano, hace lo mismo que las cosas, moviéndose, de forma expansiva. Sin embargo, también hay una reticencia y una tendencia a la inmovilidad, que es el equivalente a estar dormido y no querer despertar. Pero no es que no quieras despertar porque intrínsecamente no quieras, sino porque estás dormido en ese momento y no tienes conciencia. La conciencia es igual que la tierra y el cosmos, que están en permanente expansión. Esa expansión es un florecimiento. Por eso es un viaje ascensional que sucede asociado al tiempo.

El tiempo aparece como una dualidad, que puede ser interpretada simbólicamente como Tezcatlipoca, con sus dos aspectos bueno y malo, vida y muerte o guerra.
Tezcatlipoca también es una expresión del tiempo, en el sentido de que está como en un espejo diciendo desde dónde le estás mirando. Si estás mirando queriendo dominar al tiempo, entonces lucha contigo y normalmente te vence o te transforma, optimizando al dios guerrero enemigo, que podemos entender como Quetzalcóatl.
Tezcatlipoca es como Quetzalcóatl, cuando ha viajado con la luz. Tezcatlipoca como Quetzalcóatl se sitúa donde se pone el sol, con lo cual quiere decir que ya ha transcurrido todo un tiempo de luz, siendo el final de la iluminación. Pero también está traduciendo de esta manera un nivel, porque sigue estando la dualidad, donde te peleas con el tiempo, tratas de dominarlo y convertirlo en dinero, riqueza y poder. Es el tiempo del sufrimiento, de la guerra, del dolor y de los disgustos, y lo más que consigues en ese tiempo es transformarte en Quetzalcóatl.

Quetzalcóatl quiere decir que entras en la cuarta dimensión. Eres el guerrero que ha dejado de guerrear, siendo un guerrero del despertar, un guerrero contra su ego, que mira a las demás personas, a la realidad y a todo como benéfico. Ese tiempo es la cuarta dimensión.
El otro aspecto del tiempo maravilloso es cuando tú ya te fusionas con el tiempo y con la vida, porque eres la vida; es el tiempo del yo soy siendo. Es la quinta dimensión.
El tiempo tiene esos dos aspectos, uno donde luchas, que es el tiempo sufriente, y otro donde el tiempo ya no te destruye, porque ya eres el tiempo, te has fusionado con el tiempo y has dejado los proyectos de tu ego, y entonces se te abre la entrada.

En la cuarta dimensión tienes la necesidad de hablar y de soñar la abundancia, porque todavía no estás en el lugar de la abundancia, ya que la tienes que soñar. Estás en la cuarta dimensión, porque ya no te peleas con las cosas, dominas a la gente ni eres autoagresiv@, sino que eres voluntari@ y te has alineado con el corazón del cielo.
Esa es la cuarta dimensión y expresa un tiempo. Es el tiempo del guerrero que encuentra la paz.
El otro es el tiempo que expresa la quinta dimensión, donde ya no eres un guerrero, porque no hay guerra. Ya es el tiempo de lo óptimo, donde todo lo que sucede es maravilloso. Es un momento de iluminación.

La realidad del tiempo es acompañarte en ese proceso y dar tiempo, porque el tiempo no es que sea instantáneo, sino que el tiempo da tiempo. El tiempo abre procesos y te acompaña en los procesos. El tiempo, como las cosas, te acompaña.
El tiempo también es una de las maneras en que la luz toma forma, siendo la forma amorosa y dialogante en que la luz te acompaña a la quinta dimensión.