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Dos troncos small
Tzolkin es un experto en los niñ@s índigo y también en los niñ@s cristal.
Bueno, mejor que niñ@s índigo y cristal, podríamos hablar de gente índigo y gente cristal. No es necesario asociarlo a la infancia, sino en general a las personas.

A muchas personas les gustaría que alguien les dijese “es usted índigo”, porque valoran las características de excepcionalidad asociadas a las llamados personas índigo y necesitan que alguien se lo diga. Pero no se atreven a llenar de contenido el asunto porque les parece una presunción atribuirse cosas extraordinarias.
Sin embargo, Tzolkin dice que todas las personas lo son. Y lo mejor es que lo sean.

El código Tzolkin habla del color azul, que es el índigo.
Todas las personas van rotando por los 4 colores, siendo un año rojo, otro blanco, otro azul y otro amarillo, de tal manera que todas las personas son, o deberían ser si son reales, al menos la cuarta parte de su vida, azul.
Si son reales estarían viviendo como azul en el presente, y además con las cualidades asociadas al color índigo o azul, que son las que expresan la NOCHE, a través de la visualización; la MANO, a través de la sanación y la acción bondadosa y creativa; el MONO, a través del juego y de encontrar soluciones a las cosas; el ÁGUILA, a través de la intuición y la visión; y finalmente en el grado posiblemente máximo, la TORMENTA, como capacidad de reinventarse y resucitar.

Todos estos contenidos están asociados al índigo. En cualquier estudio acerca de los índigo se mencionan esas cualidades. De alguna forma, más cercana o más lejana, están hablando de ese tipo de cualidades.
Sin embargo TODAS las personas están convocadas, si se atreven, porque para ser índigo en gran parte hay que osar, atreverse, tener un impulso hacia ese juego iluminador pero totalmente inocente.
Eso es lo importante, porque está actuando activando la solidaridad y el arquetipo humano.

De modo que todas las personas están convocadas a vivir azul, a vivir el ser índigo, al menos uno de cada cuatro años.

El color blanco está asociado al color azul-índigo, y las personas son blanco también uno de cada cuatro años, de tal forma que bien sea de forma externa o a través de los procesos internos, todas las personas viven al menos la mitad de su vida convocadas a ser azul índigo.
Es como un llamamiento a expandir su conciencia y a llenar de contenidos las posibilidades de ser, para lo cual tienen estas herramientas de la visualización, la intuición, el juego inocente, la acción sanadora, amorosa y también de ese proceso de la conciencia donde te reinventas, te deshaces de contenidos antiguos y continuas en una dirección ascendente, que es lo que expresa la tormenta; te deshaces de algo y entonces te expandes y floreces.

El blanco, que está en el interior de lo azul y del índigo, expresa otras herramientas.
Los índigo expresan el VIENTO, que es la comunicación y el espíritu. A veces, en situaciones anómalas el espíritu se comporta de forma rompedora, surgiendo situaciones extrañas, al menos para el común de las personas, que están dimensionalmente apegados a la materia y no al espíritu. Por eso algunas reacciones de los índigo parecen en algunos momentos violentas, porque su vibración es lesionada desde aspectos materiales.
Cuando las personas tienen un código de comportamiento que no es solidario sino egótico, eso violenta a los índigos, que sienten una necesidad de romper esa actitud suicida, que es el ego, que te priva del acceso a dimensiones superiores.
El viento, esa actitud en ocasiones tan conflictiva y revolucionaria, va asociado a la tormenta. Para reinventarse hay que romper estructuras antiguas, salir de ahí, y a veces es necesario hacerlo de forma que puede parecer brusca, debido a la gravedad del asunto, a la necesidad de moverse con rapidez para deshacer esos contenidos.

Otra de las herramientas expresadas por lo blanco es el ENLAZADOR. Una de las características del índigo a través de su intuición es acceder a otras dimensiones y a otras posibilidades. Por eso el enlazador va asociado a la intuición del águila.

Otro de los elementos blancos sería la incondicionalidad expresada por el PERRO. El amor incondicional es uno de los elementos que da fuerza a lo expresado por el índigo.
Los índigos se saben asociados a la humanidad, al arquetipo humano, y reconocen en la incondicionalidad una forma de ser propia.

Otro de los elementos es el MAGO. Los índigo aprenden rápidamente; en cuanto ven algo, lo comprenden; en cuanto ven algo que tiene que ver con lo que ellos están haciendo, lo incorporan.
Esa es la característica del mago. Por ese motivo pueden producir efectos especiales en las demás personas, que enseguida se dan cuenta de que pueden hacer algo sin que nadie les haya enseñado.

También está el ESPEJO, que es la clave, porque está interiorizado totalmente en el índigo.

Esto nos da entonces un 50% de experiencia índigo para las personas, siempre desde la voluntariedad, que es consciencia y no inconsciencia. Hace falta consciencia y presencia de las persona en lo que está sucediendo.

Si nos situamos en las columnas, estamos hablando del 3 (noche), 7 (mano) y 11 (mono).
Todas las personas en su momento índigo están cumpliendo una misión (3).
Hay una canalización (7), porque cuando estás en el presente, estás canalizando; no estás mirando el guion, sino actuando canalizando.
También hay un componente del 11 que significa que sientes; el once es una liberación, pero no como cuando te han comido las fichas en el parchís, te liberan y vuelves a jugar, sino como algo que tú sientes. El once es una liberación y quiere decir que estás totalmente vivo para sentir, porque los componentes del índigo son sensitivos y no mentales; no están siguiendo una lógica, sino algo que sienten.