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Pero puede ser que la corrección sea mayor y en lugar de cambiar la n y la a iniciales así como la última d, sea una corrección más amplia. Por un ejemplo una persona que ante un “feliz navidad” responde “no deseo feliz navidad ni feliz año. Te deseo coraje para decir basta. Te deseo que olvides a quien se olvidó de ti. Te deseo que puedas cerrar puertas y abrir ventanas. Te deseo que no te conformes…”.
Entonces, el asunto se hace más prolijo. Evidentemente cada persona tiene su punto diferencial, es diferente en algo, porque cada persona está resolviendo algo que no siempre es lo mismo que el otro, pero al mismo tiempo en otro nivel dimensional cada persona representa y expresa la realidad Dios.
De modo que al contemplar la expresión que parte de cada persona siempre es necesario respeto y apertura. Está claro que esto no siempre es posible, pero la posibilidad siempre tiene que estar abierta a que desde cualquier expresión te esté hablando Dios, es decir, aparezca una iluminación.

Esta persona, que ante el deseo de feliz navidad responde con ese párrafo tan largo, normalmente está mirándose en un espejo y deseando lo que no puede vivir y desea vivir, porque si lo que cita son cosas normales, no las va a citar. No te desea que los lunes vayas al trabajo después de haber descansado el domingo, que es una cosa normal. Te desea una cosa que trata de que sea especial, espectacular, intensa.
Para esta persona es intenso no acordarse de las personas que no se acuerdan de ella; es intenso olvidarse de quien se olvidó de ti. Eso suena a una revancha. Alguien se olvidó de ti y entonces tú le pagas con lo mismo. Pero al mismo tiempo, puede ser totalmente liberador. Puede ser que estés enganchad@ al dolor por alguien que se olvidó de ti y entonces puede ser totalmente liberador olvidar a esa persona, porque el asunto es resolver. Romper las dependencias te hace crecer, pero al mismo tiempo te permite situarte como centro, conectando con la realidad Dios, algo que solo puedes hacer cuando te sitúas en el centro.

“Te deseo coraje para decir basta”. Una persona que aguanta, de repente dice “me gustaría tener coraje para decir se acabó, no aguanto más”.
“Te deseo que puedas cerrar puertas y abrir ventanas”, es decir, que de alguna manera seas libre para abrir y cerrar lo que quieras.
“Te deseo que no te conformes”. Es una persona más o menos conformista que no ve muchas salidas y te desea hacer un cambio en tu vida.
“Te deseo que no te quedes con la culpa”. Es bastante relevante, de una liberación de la culpa. A lo mejor es una persona que se fustiga mucho porque ha vivido en un ambiente muy opresivo donde le han cargado siempre con las culpas y le han hecho sentirse mal. Desea un cambio de lo habitual.
“Te deseo que te atrevas, te deseo que te quieras”. Evidentemente, está deseando un nacimiento, que es de lo que habla la navidad, es decir, una cosa nueva pero llena de lo óptimo. Está deseando que en tu vida aparezca algo nuevo y maravilloso. Sencillamente eso es la navidad.

Entonces, una persona que profundiza de esta manera ayuda a profundizar en qué significa la navidad. Realmente la invitación a lo nuevo y a lo maravilloso está en todas las personas, está inscrito en el corazón de las personas. Nacemos en un mundo con dolor, sufrimiento y esfuerzo, pero hay una puerta que te sitúa en un mundo donde todo eso no sucede y eso es la Navidad, la apertura de esa puerta a lo óptimo. Incluso las personas que estarían diciendo lo contrario, en realidad lo están afirmando, pero con otras palabras.