CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Introducción a la onda evolutiva de la luna.
Hemos iniciado la onda de la luna, que tiene que ver con las emociones.
La luna representa el agua y la emoción, pero también como sello rojo significa inicio de algo, y al pertenecer a la familia Portal indica que lo que se inicia es un tiempo nuevo para la persona que conscientemente se sitúe ante esa experiencia. Pero también y sobre todo, para las personas que ya están abiertas a los contenidos expresados por el Tzolkin, la luna como onda inicia el castillo verde, es decir la vivencia de lo óptimo, de lo maravilloso, de lo transcendente.
Tiene relación con la emoción y con la conciencia de un tiempo nuevo, pero sobre todo se trata de la posibilidad de que se abra la experiencia de un salto evolutivo, que es algo más que un tiempo nuevo porque supone una modificación incluso corporal; no solo es mental o emocional sino que también hay una renovación que atañe al mundo físico.

Por ese motivo conviene considerar la onda de la luna no solo por sus contenidos de un día más otro día, o de un sello más otro sello, sino propiamente por su contenido evolutivo.
Cuando colocamos el Tzolkin en la secuencia de sus ondas, encontramos que la luna, como onda 17 se va a superponer sobre los sellos que en la línea 17 ocupa la tierra. De modo que todos y cada uno de los 13 sellos de la luna van a sumar su contenido a cada uno de las 13 presentaciones del sello de la tierra, en el orden en que aparecen estos sellos numerados por las columnas.

Sabemos que la tierra significa esa alineación voluntaria con el corazón del cielo y el corazón de la tierra, por lo que todo lo relacionado con la entrada en el castillo verde es un acto donde está presente el VOLUNTARIO.
Es decir, al castillo verde no se entra por casualidad, ni a ver qué pillo, ni siquiera por simple curiosidad o porque voy a hacer lo que hacen todos, sino que se trata de la respuesta a un acto donde está presente la conciencia del voluntario, es decir, el voluntario consciente.

Ese voluntario consciente normalmente ha sido probado en la cuarta dimensión, donde la persona no se deja arrastrar por emociones tóxicas, sino se deshace de ellas; las identifica y las dice “no me interesan”, “esa persona que actúa por odio, envidia, juicio, etc. no soy yo”, “borro de mi programa todas esas exigencias, revanchas y victimismos”.