CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Terror contra amor. A eso le quieren llamar “choque de civilizaciones”, y quizá lo sea, pero también es algo que sucede en el interior de cada persona. Por eso conviene situarlo en el interior.
Conviene situar en el interior aquello que nos informan tan generosamente los dispositivos electrónicos como el teléfono, el ordenador, etc., a quien damos las gracias, porque ciertamente no son nuestros enemigos.

Los medios nos hablan constantemente de cómo una parte de la humanidad ha enloquecido y ataca a los que no son de su rollo. Los que no son de ese rollo atacan a los hindúes, a los judíos, a los budistas, tahoistas y confucionistas, a los animistas con sus religiones tribales, a los cristianos, a los ateos y de vez en cuando se atacan entre sí en su locura, porque creen en el terror.

El nivel más elemental de la supervivencia asociado al cerebro reptil es el que se pone en marcha ante la situación de terror. Ante una situación de terror hay en el interior de cada ser humano un mecanismo que impulsa a la supervivencia a través de atacar con una fuerza no racional o huir. Esa “fuerza no racional” es una fuerza desconocida. Es decir, en determinada situación de terror dispones de una energía extraordinaria para sobrevivir, pero es irracional y no pasa por el filtro de la razón.
Esa misma fuerza irracional también actúa no solo como huida o ataque. Hay algunos reptiles que se camuflan y se mimetizan, y esa es la función de supervivencia que aun no se ha estudiado suficientemente entre los seres humanos, pero que vemos aparece en lo que llamamos síndrome de Estocolmo, que hace que una persona sometida a un estrés violento por parte de un grupo agresor se mimetice y entre a formar parte de dicho grupo agresor. Eso se ha visto en personas secuestradas que se convierten en secuestradores y colaboran con ellos, pero también en los campos de concentración y en muchas prisiones. Ha habido presos que se han convertido en delatores y torturadores al mimetizarse con los carceleros, y son presos de confianza, muchas veces encargados de los trabajos sucios.

En todo ello hay una energía de supervivencia irracional. Esa fuerza que describimos al principio habla del terror, de la guerra y también de brutales castigos públicos, que son la herramienta que se utiliza para aterrorizar y poner en marcha la energía de supervivencia que te invita a mimetizarse. A eso se le llama sumisión, conversión, convertirte en otro, en no ser tú.

Eso sucede hoy ante nuestros ojos, donde una gran parte de la sociedad está buscando ampliar su capacidad de amar a través del trabajo con sus emociones, a través del perdón, a través de la honra, el reconocimiento, pero también a través de las leyes.

La macrovisión que expresa la sociedad contrapone actuar desde el amor o desde el miedo, pero el asunto es en el interior de cada persona.
Observa en qué momentos actúas desde el miedo y no desde el amor, porque todo esto sucede ante nuestros ojos para elegir actuar desde el amor, ya que cada vez que actúas desde el miedo, le das fuerza al miedo.
Lo que vemos en la televisión es justamente lo que ocurre en tu interior. Hoy es el momento de elegir entre el miedo y el amor. Actuando desde el amor liberamos a los cautivos en el miedo.