CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Es interesante situarse ante los símbolos, pero no con la mente lógica, donde unas cosas suceden como consecuencia de otras, sino mirando el símbolo en sí.

Un símbolo es que Tezcatlipoca, que es el hijo de Dios, resulta ser un cojo, un rengo, un paticojo, y así está representado. Aparentemente es una persona disminuida. Entonces estamos ante lo extraño que nos invita a continuar, a abrir esa puerta, a ver qué hay detrás de eso.

Tezcatlipoca, el hijo de Dios, está disminuido. No tiene sus dos piernas, porque el lagarto, que es la realidad visible, le destruye la pierna, le deja cojo.

En la tradición de Tezcatlipoca, también el dios creador tiene una pierna. Huracán o el rayo significa “una pierna”. Considerar esto ya produce ampliación. Vemos que no es alguien disminuido, sino aparentemente disminuido, que en la realidad que estamos aparece como disminuido, calificando así esta realidad como la realidad disminuida.

En la tradición del pueblo de la libertad Jacob también está cojo, como consecuencia de la lucha con el ángel divino. Pero, precisamente cuando se queda cojo, se agarra, se sujeta en el ángel divino, con el que aparentemente lucha. “Aparentemente” decimos, porque estamos en el mundo de los símbolos, donde nada es lo que parece a primera vista, sino que te invita a mirar más profunda.

Entonces, encontramos que Tezcatlipoca, dios encarnado, que también es el dios creador, aparece carente de una pierna, con una carencia o disminución en la pierna. Y Jacob está cojo, pero justamente cuando se queda cojo, que es cuando se apoya en la energía divina, es fuerte con la energía divina y recibe la bendición.

Y resulta también que, en un nuevo enlazamiento con el símbolo, vemos que el Cristo en la cruz coloca un pie encima del otro, para ser clavado en la cruz, de tal manera que queda con una pierna estirada, mientras que la otra aparece doblada, como acortada. La longitud de una pierna de cadera a pie en el lado derecho es larga, y en el lado izquierdo, al montar un pie sobre otro, la pierna queda acortada. De tal manera que hay dibujos, sobre todo en las iglesias de Oriente, que representan un Cristo con una pierna acortada, que es una persona coja.