Quizá hayan sido en otras épocas intransigentes, duros o rígidos. Quizá eran rectos en exceso y sus aprecios o desprecios estaban relacionados con el cumplimiento de las normas, la capacidad de superación, la voluntad, etc.
Si ese fue el caso, seguramente pensaban que estaban en lo correcto, defendiendo aquello en lo que creían.
Y, sin embargo, ahora es diferente. Son mucho más flexibles, menos exigentes y empatizan más con la personas, incluso aquellas que parecen débiles o volubles.
Para las personas que se sienten identificadas o resuenan con estas actitudes es importante el perdón, hacia sí mismos por sus excesos de rigidez y hacia los demás, por sus limitaciones e imperfecciones.
El perdón es muy liberador. Este es el momento.
Gracias.
Anaterapiasdeluz
Viatzolkin.
