Todos los días hay crisis. Algunas de ellas son vitales y por lo tanto está en juego la propia vida o al menos la energía vital. Sin embargo, la mayoría de las crisis representan una oportunidad para realizar un avance, tomar conciencia o soltar lo que ya no corresponde.
Todas las personas tienen miedo en su interior. Todas sufren inseguridades, dudas, etc., y en muchas ocasiones buscan la seguridad, estabilidad y protección en el exterior, ya sea en personas u organismos.
Ahora es posible que esos miedos salgan a la luz, y conviene afrontarlos, para situarlos en el sitio que les corresponde. Quizá no desaparezcan, pero seguramente podrán ser buenos compañeros de camino.
