Cuando un animal se siente acorralado reacciona de forma impredecible. A veces huye, a veces ataca y en ocasiones se paraliza. Aunque claro, también depende de si es un individuo, hay alguna cría o se trata de una manada.
También el ser humano ante las situaciones límite es impredecible, aunque es diferente la reacción del individuo a la reacción del grupo. El comportamiento grupal es más fácil de predecir y por lo tanto más manipulable o dirigible.
Por eso es importante mantener la individualidad frente al movimiento del grupo, que, aunque aporta seguridad y protección, también actúa limitando la libertad personal, la creatividad e incluso el discernimiento personal.
En estos momentos es esencial mantener la lucidez, la claridad, el sentido común y el discernimiento. Gracias.