Escuchen a su cuerpo, lo que les transmite, lo que les pide. Atiendan, amen y cuiden sus características, circunstancias y necesidades.
Qué mejor que practicar el amor y el cariño desde sí mismos, empezando por lo más cercano, para luego poder extenderlo y compartirlo a todo su entorno.
Gracias
Ana Terapias de Luz. Vía Tzolkin.