CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Hace un par de días he perdido unas gafas con las que veía bien, y he tenido que utilizar otras con las que veía peor. Y de repente las acabo de encontrar. Haciendo lo mismo que hacía ayer, hoy las he encontrado. De repente, he tocado algo y he dicho “ah, aquí están las gafas”.

Me doy cuenta de que lo que estaba pensando justo cuando las he encontrado podría ser interesante. Ayer, como hoy, he pedido a San Antonio que me ayudara a encontrarlas, y ayer no las encontré y hoy sí. San Antonio es el de “si buscas milagros: mira, muerte y error desterrados, miseria y demonio huidos, leprosos y enfermos sanos. El mar sosiega su ira, redímense encarcelados”, que está asociada a los hertzios y notas do-re-mi-fa-sol-la-si-do, con su energía sanadora.

¿Qué es lo que estaba pesando justo en ese momento? Estaba reflexionando sobre los rituales. Hay algo que por una parte está en los rituales, que es dar culto, como algo positivo. Pero hay otras cosas. Por ejemplo, están las palabras del Evangelio “misericordia quiero, no sacrificios”, donde “sacrificios” serían los rituales.

Misericordia se sitúa en el nivel de la conciencia, y rituales se sitúa en el nivel del automatismo, de algo que repites mil veces, que también te da seguridad y quizá sensación de poder. En el ritual le puedes estar pidiendo algo a Dios, pero hay un momento en que Dios dice “sí, están muy bien los rituales, pero lo que yo quiero es la conciencia.

Eso significa que en la dimensión de lo óptimo no se trata de hacer rituales para tener un cierto nivel de seguridad o de poder, y que te hagan sentir paz o bienestar, sino que estás instalado en la paz, el bienestar, etc.

No necesitas reafirmarlo, pero sí necesitas ir viendo desde esa conciencia que a través tuyo todo lo que sucede es maravilloso. Lo que haces está bien, aunque no lo sepas, porque no estás siguiendo un protocolo, un ritual. Por eso eres un canal. Y en lugar de hacer cosas para tener paz es que tú eres en sí mismo la paz. No puedes pedir paz, porque eres tú la paz. No puedes pedir amor, porque eres tú el amor. No puedes pedir luz, porque eres tú la luz.

Hay momentos para pedir luz, pero el paso de la cuarta a la quinta dimensión es el paso de pedir luz a ser luz, de pedir paz a ser paz, de pedir algo a vivir en ello, a ser.

Ese es el significado de Quetzalcóatl, que conoce la luz, y cuando se transforma en la luz, se transforma en Tezcatlipoca. O el caso de Jesucristo, que significa reconocer y seguir los mandamientos, por ejemplo, a pasar a serlo, a ser esa energía crística encarnada. Son dos cosas distintas, y además son un paso la una de la otra.

Estaba precisamente con esta meditación cuando justo he encontrado las gafas. No estoy hablando desde una maestría o doctorado, desde algo que me de un poder especial como resultado de un protocolo, sino como resultado de la experiencia. Entonces, justamente cuando estaba tocando las gafas, pensaba cómo antes de hacer los directos todos los días, que ya hacíamos algunos vídeos y escritos, me había picado una avispa en la garganta.

Yo relaciono la picadura con que desde entonces estoy hablando, es decir, que no es consecuencia de ninguna sabiduría especial sino en todo caso de la picadura de una avispa.

Y entonces ha sido cuando he encontrado las gafas y he pensado que había que contar todo esto.

José Cabal. Vía Tzolkin.