CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Cuando amas todo lo que sucede puedes entrar en el tiempo sagrado.
“Amar todo lo que sucede” está representado por el color blanco.
En la secuencia de los 4 colores (rojo, blanco, azul y amarillo) hay una iniciación, desvelamiento o configuración de la realidad que marca cuatro escalones para llegar a la quinta realidad (verde), que también es un proceso.

El primer color, el ROJO, se asocia con lo sólido y con lo asequible por los sentidos.
Hay una forma de acercarte a lo que existe y reconocerlo, y el rojo te invita a mirar más allá.
Puedes vivir en la realidad por inercia, haciendo cualquier cosa que te han enseñado para sobrevivir y estar en lo correcto, pero hay otra forma de vivir que es una invitación a mirar más allá. El ser humano siempre está investigando, intentando entrar en algo más allá de lo conocido.
Esa forma de lo rojo está presente en las columnas de Hércules, que se asocian con el más allá y la frontera: hasta aquí se conoce, pero no se sabe qué hay más allá.
De alguna forma, Colón es el arquetipo y ejemplo de aquel que va más allá de lo conocido en ese momento. Eso establece un enlace con el más allá, lo excluido y lo ignorado.
En ese sentido Hellinger trabaja desde las columnas de Hércules, incluyendo a los excluidos del grupo familiar: incluye en la luz a los que están fuera, más allá de la luz.

La primera presentación es ampliar y dar presencia al rojo, conociendo la realidad. Luego aparece la segunda presentación, el BLANCO, que es conocer la realidad y amarla.
Puedes estar viviendo peleado, centrando tu actividad en dominar la realidad para evitar que te maltrate, porque crees que lo existente es un enemigo. Quizá crees que si no trabajas no vas a poder vivir, que la realidad está compuesta de enemigos y tienes que ser fuerte para defenderte.
Pero entonces no estás hablando de la realidad, ni entrando en un tiempo sagrado, que es el color azul, porque vives una realidad donde hay miedo en lugar de amor. Eso forma parte de los conflictos y las enfermedades.

En tu vida está escrito cómo inesperadamente has recibido ayudas en todas las circunstancias. Incluso cuando lo estabas haciendo mal y luchabas contra la realidad, la luz y el amor te rodeaban y colaboraban contigo.
Cuando lo haces mal, es precisamente cuando te das cuenta de que la realidad es buena contigo, y entonces puedes amarla. Es una iluminación, claro.

Es necesario que se rompa ese proyecto del ego, que es una coraza para no ser herido por la realidad. Es necesario que se rompa para que te des cuenta de que la realidad es amor y no odio, miedo, inseguridad o incertidumbre.
Entonces, es cuando aparece el amor y puedes amar la realidad, tu vida e incluso tus fracasos. Es cuando puedes entrar en el tercer color que presenta el Tzolkin, AZUL, que es el tiempo y el momento de la transformación.

De esta manera, cuando amas empiezas a transformarte en la persona que puede vivir en la quinta dimensión. El resultado de esas vivencias experienciales que suceden en el color azul cuando amas la realidad que conoces da lugar al AMARILLO, que es una fuerza expansiva y supone una elevación de la vibración.
Es un florecimiento. Cuando haces la paz puedes empezar a florecer, y ese florecimiento en su propia fuerza te introduce en la quinta dimensión y en el cielo.
Cuando amas la realidad, empieza el proceso que te permite entrar en el cielo. Parte de lo que sucede en el color azul es que te vas despojando de tus ardides, estrategias y hechizos, que no caben en el cielo.
A medida que vas quitándote la coraza expandes el cuerpo real, el alma.
A medida que vas quitando la coraza permites al alma expandirse, que es lo que expresa el amarillo.
Y esa fusión del azul y el amarillo va creando el VERDE.