CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Cuando aparece una sincronía es maravilloso. Pero cuando aparecen siete, ocho, diez entonces es imperativo escuchar, entregarte.
Adán y Eva no pueden volver a entrar en El Paraíso porque un ángel se lo impide con una espada de fuego. Cuando miras, ves una espada de fuego y retrocedes. Se trata del miedo. Ves con los ojos y no puedes seguir. Pero si haces lo que te propone el oso lakota, que es cerrar los ojos, no encuentras la espada.

Unir y enlazar la tradición sabia del Libro de la Libertad y la Resurrección te abre La Puerta. Muestra el proceso del cómo, el cuándo y el dónde. Y eso es sincronía. Están para que lo encuentres.
También los sabios mexicas y toltecas lo conocen y lo expresan para todos, porque todos podemos encontrarlo cuando hablan del quinto Sol, cómo Bubosito, que aun viendo el fuego entra en él y encuentra la puerta. Están hablando de lo mismo y por eso también es sincronía. Bubosito con sus llagas es el camino directo para entrar en la Luz, la Maravilla, atravesando la espada de fuego.

Pero si aún no eres Bubosito y reculas, entonces tienes el camino de la Luna, el camino de las emociones, el camino de limpiar tu agua, de depurar tu agua, de abandonar el ego que te hace aparentemente fuerte frente al miedo y entonces te impide el amor.
Deshacerte del ego y ser amor te convierte en Bubosito, el oso que ha subido a la montaña y cierra entonces los ojos.

Subir a la montaña, sólo como Moisés, al Calvario, a la Cruz como el Cristo el Ungido, siguiendo el camino del Amor, también es entrar en el fuego, que es la luz. Todo eso son sincronías expresadas en lenguajes diferentes para encontrar que dicen lo mismo uniendo los lenguajes dispersos, recuperando lo Uno roto.

También Ulises en su relato del regreso al hogar cuenta cómo es necesario desconectar los sentidos, no quedar atrapado, bloqueado y encontrar la Puerta, es decir, para regresar a tu hogar, al lugar donde eras feliz, al lenguaje del amor, porque Ulises quiere regresar al lugar donde está su amada, lugar del que fue alejado por fuerzas sobrenaturales.
Para regresar al mundo del amor Ulises necesita, como Cristo unido a la Cruz por los clavos, ser atado al mástil de su barco y atravesar con plena conciencia, con los sentidos abiertos, la puerta. Y en esto es también como Bubosito que se lanza con plena conciencia directamente al fuego.
Pero existe otro camino, el de los compañeros de Ulises, los que le siguen, los que le acompañan siguiéndole, como metafóricamente manifiestan los seguidores de Cristo, los otros Cristo. Este otro camino en la historia tolteca aparece como la Luna, que también es un plural junto a las estrellas. La luna es el que dominado por el miedo como fuerza hostil sobrehumana retrocede, pero le sigue; es seguidor.

Esto contado puramente desde el Tzolkin se expresa en la columna 10, salida del inframundo, lugar del sufrimiento, donde están activos los sentidos corporales porque es el mundo material, lugar del sufrimiento, fuera del Paraíso. La salida del inframundo se hace en el barco, onda del amor, perro, a través del ensueño, cerrando los ojos a tu ego y amando a tu enemigo, es decir, no viendo cómo enemigo a quien parece enemigo porque te daña, deseándole abundancia.
Esto está doblemente contado cuando dice que para ser el guerrero perfecto que recupera la armonía perfecta, que vuelve, retorna a ser un ser de luz (estrella) perfecto, debe cerrar los ojos, ensoñar de manera perfecta, en lo oscuro de la noche. Y para cerrar los ojos de manera perfecta, noche 10, debe ser amor perfecto (perro 10), primer tono 10 en la onda del Dragón.
El guerrero que retorna al cielo del que proviene (Estrella) debe cerrar los ojos (Noche) lleno de amor (Perro), cumpliendo su misión (Dragón).
Es la entrada, retorno, a la quinta dimensión, Luna. La Luna es, está en el cielo.
Para ser el guerrero perfecto tienes que cerrar los ojos, Noche, y entonces entras en el cielo como estrella.
José Cabal. Viatzolkin.com