Cuando la gente camina por el monte suele elegir los lugares más fáciles, que tienen menos maleza, que son más iguales, que son más fáciles de caminar. Y entonces, poco a poco se va formando un camino, una senda, a base de pisarlo muchas personas, porque es el camino más fácil, el más agradable.
Pero sucede que cuando pasan muchas-muchas personas el camino va perdiendo la tierra suelta y lo que aparecen son piedras puntiagudas, y entonces empieza a convertirse en poco agradable y la gente empieza a hacer otro camino, tal vez al lado, tal vez cerca. Va haciendo subcaminos, que evitan zonas muy pedregosas y que luego vuelven al camino y luego vuelven a salir, de tal manera que inevitablemente, y decimos inevitablemente con el sentido de maravillosamente, la vida se va renovando constantemente.
Las personas más creativas, que más vibran con la armonía, cuando empieza a ser molesto el camino van buscando otro. Y al final, hay personas que siguen por el camino arduo, simplemente porque “¡es el camino!”, es lo que han aprendido. Son reproductores de la cosa y la replican y la replican, y aunque sea fastidioso caminar por ahí, ellos caminan por ahí.
Sin embargo, hay otras personas que en cuanto empieza a ser un poco molesto buscan otro. De alguna manera eso representa la vida, porque en la vida hay varias posibilidades. Cada persona puede siempre elegir. Cuanto más dormido estás, más repites, porque sencillamente no está tu conciencia despierta, y estás dormido. Eso es lo que se representa en las viñetas como “zzzzz”, que quiere decir que la persona está durmiendo. Siempre reproduce lo mismo. No sabes lo que está reproduciendo.
Sin embargo, las personas cuanto más despiertas están, cuanto más conectan con su inocencia, más se mueven según les apetece. Y así son libres.
José Cabal. Vía Tzolkin.
