CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Hay dos realidades, una lógica y otra no. La realidad lógica es la realidad normal, o que creemos normal, porque es la realidad conocida, dónde estamos.

Es una realidad aprendida, donde necesitas aprender a sobrevivir. Si no aprendes a sobrevivir, ser fuerte, ser hábil, aguantar, esforzarte, quizás a mentir, hacer creer o a no sentir, entonces normalmente te mueres pronto.

Si no tienes ganas de vivir consciente o inconscientemente, no vives.

El motor es el ego. El ego es un mecanismo de supervivencia.

“Yo primero, todo para mí” es un mecanismo de supervivencia y parte de su combustible o de su fuerza lo saca del juicio. También del odio. También del miedo, de la envidia, del desprecio. Todo eso alimenta al ego.

El juicio divide a los humanos en buenos y malos. A los malos los puedo odiar porque son malos, mientras que me uno, amo a los buenos.

Pero sin amor no hay vida, ni siquiera para el ego.

El odio me da fuerza, me hace sentir bueno, en un mundo de buenos y malos. El odio compacta los músculos y sientes fuerza en el cuerpo. Pero también odiar y tener enemigos produce miedo subconsciente, y te hace buscar y encontrar seguridad consciente, desarrollando estrategias e inteligencia que nutren al ego.

Pero el ego vive en una realidad falsa, porque la vida es amor. No solo nace, surge y es creada desde el amor, sino que la vida es amor.

Solo el amor es vida, y entonces se acaba la fuerza del ego, porque los éxitos de supervivencia del ego no son amor y no te nutren, y al no nutrirte decaes y la vida ya no tiene sentido y empiezas a borrarte.

El amor nutre porque es vida. El juicio no nutre, el odio no nutre, ni la envidia, el desprecio, las cosas, el dinero, o el poder.

En algún momento puedes conectar o conectas con la otra realidad, con la realidad que no es lógica.

En algún momento conectas con la realidad mágica del amor, quizás por un accidente, una ruina, una enfermedad, un desencuentro amoroso, una pérdida.

Algo te sale al encuentro y te dice «¿de qué vas?”, «¿dónde vas?». Y despiertas, porque ves que no vivías por tu ego, sino que vivías y vives por amor, a pesar de tu ego.

Suelta, suelta todo, desaprende. Tu corazón pesa demasiado y te lleva al Averno, la inmovilidad, abajo; pesas y vas para abajo. Si quieres vivir, salir del inframundo y estar en el monte Olimpo suelta las cosas, desaprende.

Juzgas desde tu sabiduría-ego; temes y envidias desde tu sabiduría-ego.

Desaprende, mira desde el corazón.

José Cabal. Viatzolkin.com