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FE y Creencia (Extracto del Libro de las Sincronías)
La clave del asunto puede venir en metalenguaje, ya que FE, que es el nombre del hierro en la tabla de elementos, como abreviatura también significa un estado de ánimo.
La fe no es algo físico, sino que se relaciona con lo invisible real, con el alma.
Podemos considerar que es una tontería, pero cada día ocupa más terreno en la vida de cada persona, e incluso en los informativos de prensa y televisión, porque de alguna manera está escenificándose un drama, buscando una catarsis en el alma de cada espectador, siendo cada personaje una fe; matan por fe, arriesgan la vida por fe,…

Lo invisible real cada vez es más presente; ya es casi el presente.
Queremos resaltar en el metalenguaje la característica de la fe como algo que une, fusiona, y por otro lado diferenciar FE y CREENCIA.
Fe significa muchas cosas en el diccionario, porque se utiliza en muchos ámbitos.
Creencia es una de las acepciones de fe, según el diccionario de la lengua española; exactamente la segunda acepción, siendo la primera la consideración de fe como virtud teologal, por la cual crees sin ver.
De la fe como virtud teologal no vamos a hablar, aunque en realidad esa definición también sitúa a la fe como CREENCIA, que es la segunda acepción según la academia.
Hablar de creencia es casi como hablar de error; es casi sinónimo de error, que sustituye a la realidad para una persona. Quizás podríamos hablar de realidad subjetiva, pero sería lo mismo, sería realidad solo cierta para ti, que no serviría para todos.

Pero esa no es la característica fundamental de la fe.
La característica fundamental de la fe no es el error ni el ser excluyente, sino más bien el ser incluyente, ser algo que une.
La labor del notario al dar fe de algo es dar certeza, es decir excluir el error. De todas formas el notario también se puede equivocar o incluso mentir, pero dar fe en este caso significa ser real. Aquello de lo que se da fe es real.
Por otro lado en la expresión “buena fe” o “mala fe”, el significado de mala fe no es que sea mala o dañina, como si mala calificase la calidad de la fe, sino que significa que no es fe sino otra cosa.
Mala fe, como mala estrella, significa que deja de dar energía para quitarla, es decir algo imposible. Mala estrella es imposible, porque si el Sol en lugar de dar energía la absorbiese, nada tendría sentido.
Así, mala fe significa que no es fe. La mala intención no sale del mismo sitio que la fe, aun equivocada.

Encontramos entonces que la característica fundamental de la fe no es ser una creencia, lo que la convertiría casi en sinónimo de error. La mala memoria, mala información, error de apreciación, confusión, etc., todo eso no tiene nada que ver con la fe.
La fe más bien es un estado de ánimo. Es algo que muestra el alma. Algo que saca fuera y hace presente al alma que normalmente está en lo oculto.
La fe no es seguir la corriente y hacer “lo que todos”. Más bien al contrario, la fe se prueba y se comprueba porque hay “algo” que para sentirte bien te lleva a hacer, a vivir de forma diferente del resto, y a vivir de tu forma.
Eso no significa que la fe te diferencie de los demás, te aleje; muy al contrario. Lo que significa es que la fe no copia el exterior sino que surge de TI. Simplemente necesita ser probada para ser reconocida y aceptada, luego se ve reforzada con los semejantes, pero siempre es algo que sale de ti.

Efectivamente, la fe muestra el alma y el alma eres tú. Se trata de ser más tú, más auténtico, salir de “la copia”.
Pero también se trata de salir del error. Es muy importante no convivir con el error, entendiendo como error todo programa ajeno. Es importante revisar aquello en lo que crees y vivir en consonancia.