La respiración es la llave del tiempo para los seres humanos. Si dejas de respirar descorres el telón y aparece la muerte. Pero cada vez que respiras aparece la vida.
Por eso la respiración está justo en ese lugar, que es una frontera. La conciencia de las fronteras es fundamental, porque el ser humano también está siempre en una frontera.
Los antiguos egipcios hablaban del juicio de Osiris, que era una frontera que requería conciencia. La conciencia también es una frontera. Hacer algo sin conciencia se muestra como totalmente diferente de hacer algo sí con conciencia, con conciencia, sí con conciencia.
Entonces, la conciencia aparece como fundamental para traspasar fronteras, siendo a su vez una frontera. La conciencia es una frontera en el interior de la persona, que abre una frontera en el exterior. Cuando tú decides hacer algo, con conciencia, es una decisión tuya y estás entrando en el territorio de tu conciencia.
Cuando estás actuando con tu conciencia estás en el territorio descrito en el Juicio de Osiris, como entrando en otra dimensión, con leyes distintas. El juicio de Osiris también está representado en otras tradiciones, como puede ser en la Parusia en el cristianismo con el juicio final, o en las tradiciones mayas y aztecas con la entrada en el reino de la muerte, donde pasas una serie de pruebas, que son estados de conciencia. Esos estados de conciencia, que se describe cómo que los vives cuando te mueres, en realidad se abren a la conciencia en el presente. Los vives en el presente, en el aquí y el ahora. Son estados de conciencia, en el aquí y el ahora, que te van ayudando a traspasar la frontera e introduciéndote en la realidad mágico-maravillosa.
Eso es precisamente lo que define al siglo XX y XXI, el acceso a la conciencia, el acceso al poder mental. El siglo XX, con su prolongación en el siglo XXI, es el momento en el que se demuestran las transformaciones que se producen en la realidad habitual cuando la persona simplemente está utilizando su conciencia, su visualización, el poder de su capacidad de crear imágenes, como capacidad de crear una realidad.
Primero aparece la imagen y luego aparece la realidad física, porque la materia se hace coherente con esa información y se crea esa realidad.
Eso define el siglo XX y XXI, el despertar de la conciencia, que es la conexión con tu ser espiritual. Pasas de estar en tu cuerpo a estar en tu ser espiritual. Creías que el tablero del juego sucedía en el cuerpo o en la realidad material, y te das cuenta de que el juego sucede en el mundo espiritual, en algo invisible, porque la materia es luz que está cumpliendo una misión. La materia toma forma según los patrones inmateriales que recibe.
José Cabal. Vía Tzolkin.
