Lo existente, o sea la vida y la existencia, comienza cuando hay otro, con el dos.
Eso muestra gráficamente cómo la mujer y la energía femenina sostienen la vida, incluso desde la dimensión Dios.
En la configuración de la mujer, y no en la del hombre, es donde aparece el otro. El otro inicialmente siempre es parte de la mujer, tanto si todavía no ha comenzado su incipiencia, como si ya lo ha hecho, o como si se ha separado entrando en una vida individual como hombre o mujer.
La vida es mujer y donde se desprecia a la mujer se desprecia la vida.
Hoy es imprescindible reconectar con el inicio y respetar; respetar para respetarte; reconocer para reconocerte; y agradecer, porque el otro/lo otro te acompaña siempre.
Los basureros pueden ser negocios en los que alguien se hace rico, pero la tierra es un jardín, porque es bella y amorosa. También es mujer y respetarla es vivir.
