No es cuestión de género, es cuestión de conciencia. El agua es más fuerte que la roca o que el metal sólido, porque aunque el agua se rompe al chocar con la roca, se vuelve a recuperar de inmediato. Cuando una gota, un fragmento de agua encuentra otra gota, otro fragmento de agua, se reconstruye como agua. Se une y es agua. Sin embargo, cuando una roca se rompe o se fragmenta, no puede o no sabe volver a ser roca.
Con el tiempo el agua sigue siendo agua, pero ya no hay roca. El triunfo de la roca sobre el agua solo era aparente. Entonces, si el ser humano elige ser roca, creyendo en el mundo aparente y estar en el éxito, está en el fracaso.
Por eso la Adversidad contiene Luz. Por eso la Adversidad, el fracaso, el daño es Revelación. La Adversidad te sitúa en el Agua cuando te recuperas y sigues. El ser humano es agua y luz. Y empieza a ser humano cuando lo encuentra.
Llorar es agua. Cuando eres agua puedes encontrar Luz. Quizás en el fracaso quieras ser roca, en el mundo aparente, pero también en algún momento puedas preguntarte qué es el Agua.
José Cabal. Viatzolkin.com
