Cuando preguntas a alguien que consideras sabio qué es lo que tienes que hacer y te dice «haz tal cosa», si tú lo haces estás obedeciendo a esa persona.
Sin embargo, cuando interiorizas, a través de la meditación o similar, y conectas con tu ser espiritual y de repente tienes un momento de claridad o lucidez y dices «voy a hacer tal cosa», porque sientes que es lo conveniente, entonces no estás obedeciendo externamente sino que estás siendo fiel a ti mismo, a tu interior.
Conectar con la luz dentro de ti no es lo mismo que obedecer.
Cada una de estas dos posibilidades está hablando de dimensiones diferentes de la vida. Hay un momento en que tienes que ser guiado, y eso describe una dimensión, y hay un momento en que eres luz, y eso describe otra dimensión.
La dimensión en qué eres guiado es un simple pasaje. No te puedes instalar ahí. Es como estar despertandote permanentemente. El momento de despertar es un momento, no la finalidad.
El camino espiritual es el camino a ser luz. Por eso es importante dialogar, compartir y escuchar. A través de dialogar y compartir eres libre para expresarte y ganas libertad. Y escuchar al otro, a la persona que está hablando contigo, es fundamental, porque de la misma manera que escuchas a otra persona, hay un momento en que sucede la lucidez, y es cuando escuchas a tu ser espiritual.
Estamos hablando de algo concreto.
