Una de las características de la tierra es la alineación, y el sol, en el tono 4, nos indica cómo conseguirlo, mediante la elevación de conciencia y la luz.
El final de la onda es la luna, asociada a la purificación de las emociones.
El vehículo terrestre está formado por la tierra y la luna como planeta doble. El Tzolkin muestra la onda 13 comenzando en la tierra y terminando en la luna. Es un 13, un caminante del cielo (sello 13) y un lugar de transcendencia.
La tierra y la luna están unidas como un principio y un final.
A partir de ese momento comienza la onda 14, pasando más allá del velo a través del amor incondicional.
En el centro de la onda aparece como exposición de lo que viene canalizado la capacidad de crear a través de la visualización y el ensueño.
Si logras situarte a través de tu intento en la tierra-luna como vehículo celeste, te abres totalmente al ensueño y a la canalización (noche, tono 7).
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