Para eso has nacido. Para eso tienes un cuerpo, para caminar sobre las aguas.
Tienes un cuerpo para volar, porque caminar sobre las aguas también es volar.
Caminar sobre las aguas es el inicio. Quetzalcóatl inicia su viaje a Venus caminando sobre el océano.
Empiezas a elevarte cuando la ley de la gravedad no tiene efecto sobre ti. Recuperas la libertad.
La serpiente, pegada a la tierra, se eleva cuando se convierte en perro.
La serpiente, el cerebro reptil de la supervivencia, que es una forma de estar en el presente donde todo es para ti, se eleva, se despega del suelo cuando encuentra el amor.
El amor es una luz en la oscuridad. Y entonces puedes ponerte sobre tus pies.
Reptabas porque no había luz y no sabias cómo era el lugar donde estabas.
Cuando no ves, solo te guía el tacto, que también es como el bastón del invidente y también como la navegación de cabotaje: navegar viendo la tierra, el caminar del invidente con su bastón.
De modo que el que se lanza mar adentro es como el ciego que deja su bastón porque ve.
Y ve porque tiene luz.
Caminar sobre las aguas es la salida del inframundo, y es encontrar el amor, porque el amor es luz. Salir del inframundo te hace recuperar el vuelo, porque tu cuerpo está libre, ya no está pegado por ley a la tierra.
Eso iguala al pato y al jaguar.
El pato es el símbolo del faraón. Y tú eres el faraón. El faraón es luz en el aquí y ahora. El faraón es Ra. El faraón, que es Ra, es también hijo de Ra. Es Ra amnésico que recupera la conciencia de Ra. Entonces es Tezcatlipoca, eres tú cuando recuperas la conciencia divina y la inocencia, la alegría, la sabiduría.
El pato vive en el agua, camina sobre el agua, pero también camina sobre la tierra y vuela.
El jaguar, símbolo de la sabiduría, del conocimiento, de la profecía es símbolo de la luz, símbolo del que ve más allá de lo aparente. También camina por el agua porque es excelente nadador. Es el más poderoso cazador en tierra y vuela. Vuela porque caza saltando desde el árbol sobre su presa.
El inocente pato, inofensivo, se iguala con el fuerte jaguar.
Nada es lo que parece.
José Cabal. Viatzolkin.com
