CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Podemos abrir -si queremos, puesto que somos libres, más de lo que muchas veces creemos- el baúl de las sincronías y nutrirnos del regalo amoroso y vitalizante que contiene.

Podemos abrir el baúl, el arca, la caja fuerte, el depósito, la hucha de las sincronías aquí y ahora, y podemos hacerlo a través de la llave maestra que supone el idioma, porque el idioma que usas o que conoces está y es aquí y ahora.

Y en este idioma que estoy usando, que no necesita ser lengua materna ni lengua paterna, solo lengua enlazadora, podemos encontrar que al contar comenzamos con “Uno”, que es el primero de los números y que también puede significar “Yo”.

Uno, como uno mismo, es decir, yo mismo, yo.

Mientras, el segundo de los números en este idioma lo nombramos “Dos”. Entonces, Uno soy Yo y Dos incorpora a los otros.

También aparece la serie de los pares y la de los impares. Pares son los que puedes contar de dos en dos, impares los que siempre muestran a uno solo sin su par.

Y resulta que cuando hablas el lenguaje de los cromosomas, igual que pares e impares hay X e Y. Femenino es una pareja de X (XX) y masculino es no hay par, entonces impar (XY). Femenino par, masculino no par (impar)

La gracia o la sincronía es que femenino-pares (claro, la mujer pare), masculino no pares (impares, claro el hombre no pare).

La dualidad pares-impares también es ocuparte de ti-ocuparte de los otros. Eso es lo que aparece en astrología caldea como casa Uno, del yo, y casa 7, de los otros.

En maya, Hun y Vacub son el 1 y el 7, pero el 7 es el nuevo 1. El Uno es el Dragón, como inicio del castillo rojo, que no es tu inicio, y también hay otro inicio en el 7, columna 7 resonante, castillo azul del presente, que es tu inicio consciente (nuevo nacimiento).

Entonces tenemos un 1 como Yo y como inicio sin conciencia, un poco como cuando naces, que naces, inicias tu vida aquí pero sin saberlo, y tenemos el 7 resonante que hace referencia a los otros, los acuerdos y al inicio de la conciencia, como si el despertar de la conciencia fuese también el encuentro, el reconocimiento de los otros. Como si el despertar de la conciencia fuese el reconocimiento de los otros.

El 14 en el mundo maya, el Mago, es también un inicio, el inicio de la segunda onda. Ese 14 también es un par, una pareja de sietes. El 14 es un 7 y otro 7, y nos devuelve al pares-impares.

Impares, no pares, es lo propio de los hombres, porque los hombres no paren, pero los pares es lo propio de las mujeres. Pares-mujer, no pares-hombre.
José Cabal. Vía Tzolkin.