Querías ser un guerrero y luchar contra los malos, pero no había malos.
Sólo habia gente, con sus dudas, sus miedos, sus errores o sus aciertos. Pero no había malos.
Querías ser fuerte para luchar contra el mal, pero no había mal, sólo confusión.
No había monstruos malignos en la Tierra.
En la Tierra sólo había Maravilla.
No había monstruos malvados y poderosos, sólo había miedo, envidia, ego, creencias falsas, desconocimiento, falta de conciencia.
El enemigo estaba dentro y no hacía falta músculos, ni armas, ni odio.
Lo que hacía falta era escuchar.
Escuchar es respetar. Hacía falta bendecir. Bendecir es amar.
Hacía falta honrar, perdonar, sentir, amar.
José Cabal. Vía Tzolkin
