Se trata del yin-yang.
Los dos, las dos, son reales, solo que estás entrenado/a, condicionado/a a «estar» solamente en uno/a de los dos.
Estás, estamos en los dos, en las dos (voy a dejar de hablar en este singular dialecto inclusivo, disculpen).
Entonces, estamos en una realidad dual (yin-yang), pero la conciencia, quizás por la educación y las convenciones, solo esta despierta y vive en uno de los dos términos de la dualidad.
Vivimos conscientemente, solo conocemos uno de los aspectos de la realidad, que es como la mitad. La otra mitad, es desconocida, INVISIBLE.
El salto cuántico es ver, entrar y reconocer la otra parte.
Para eso es imprescindible el perdón. Es imprescindible la paz. Es imprescindible eliminar la agresividad que quiere la aniquilación del enemigo, el otro.
Es imprescindible eliminar la agresividad anti-vida del juicio.
Para restaurar la vida plena es necesario el amor; no sentirte amenazado, sino sentirte amado.
José Cabal. Viatzolkin.com
