CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Sí, ciertamente. Podemos encontrar y encontramos en el segundo castillo cómo aquel que sale del territorio de confort movido por el diálogo con el Tzolkin y explora, y al explorar amplía la realidad (onda caminante), entra en la muerte y en el desapego (onda enlazador). Es decir, entra en lo nuevo, soltando lo viejo y entonces resucita, se reinventa (onda tormenta) y se expande en la libertad (onda humano).

Esto nos lleva a revisar todos los castillos. Encontramos que en el primer castillo (ondas dragón, mago, mano y sol) es el momento de mirar más allá de lo aparente y encontrar la magia (onda mago) que transforma tus acciones en impecables y sanadoras (onda mano).

El primer castillo se inicia cuando te abres a la solidaridad. La solidaridad la denominamos dragón, como diciendo que pertenece a otra dimensión de la vida, ya que en nuestra dimensión no hay dragones.

Cuando te encuentras esa pulsión que te lleva a ocuparte de las demás personas y te instala en la solidaridad, es cuando se despierta el mago, y el mago encuentra la acción impecable, porque es una acción sanadora, y se produce la luz, el sol.

Esto está situado como lugar 1, castillo 1, pero en realidad también es el castillo 6. Es uno porque siempre está, aun antes de que te des cuenta, y te va a dar soporte para levantarte y entrar, pero donde va a estar consistente es en el lugar 6.

Desde el segundo hasta el quinto castillo va a aparecer coherentemente ordenada la familia señal: el caminante del cielo en el segundo castillo, el mono en el tercer castillo, la noche en el cuarto y la estrella en el quinto.

El segundo castillo es un auténtico inicio, que te lleva a la quinta dimensión. El primer castillo te lleva al despertar, pero el segundo se dirige a la quinta dimensión, apareciendo de nuevo el primer castillo como continuación, pero ya no como inicio, sino como maestría.

En el tercer castillo (ondas serpiente, espejo, mono y semilla) vemos cómo la empatía, el reconocimiento del otro, el in-lakech (onda del espejo), te lleva a recuperar la inocencia (onda del mono), asociado a conectar con tu energía vital (onda serpiente), que va a dar fruto como semilla.

Cuando limpias tu espejo, recuperas la inocencia, y eso eleva tu energía hasta el fruto.

En el cuarto castillo (ondas tierra, perro, noche y guerrero) vemos cómo cuando empiezas a dar frutos encuentras tu lugar  y te sitúas como un voluntario (onda tierra). Ya no pierdes energía detrás de otros programas, y eso te convierte en un guerrero. El guerrero tiene dos atributos, el amor incondicional del perro, y el ensueño de la noche.

El ensueño es una acción plena porque crea realidad. El ensueño crea abundancia para todas las personas y junto con el amor incondicional son los atributos del guerrero, dispuesto a entrar en la quinta dimensión, quinto castillo.

En el quinto castillo (ondas luna, viento, águila y estrella) el guerrero está dispuesto a conectar con su agua cósmica (onda luna), lo cual ya le sitúa en el quinto estado de la materia, con la palabra creadora, palabra de luz (onda viento), con la visión de la maravilla (onda águila), y con el establecimiento de la sociedad de la estrella (onda estrella).

El águila ve la maravilla porque ve el ser estelar de cada persona. Entonces, aparece la solidaridad que se expresa como sexto castillo.

Podemos ver cómo en el centro del Tzolkin hay seis sellos formando una chakana, con una doble línea de portales: estrella, luna, perro, mono, humano y caminante del cielo. Esa es también una configuración de los seis castillos.