Si dentro de ti está Dios, estás en la realidad, eres real. Si Dios está fuera de ti o no existe, no estás en lo real, estás en la ficción.
Cuando Dios está en ti ERES y cuando eres, la realidad real que es la verdad y que está en ti, desactiva totalmente cualquier realidad engañosa. Entonces eres INMANIPULABLE.

Si dentro de ti no está Dios, eres manipulable. Y entonces odias, temes, envidias, enfermas, sufres, etc. Y si sufres, odias, temes, etc., pasas de un estado de ánimo a otro y de esta manera los expertos en crear estados de ánimo juegan contigo y te llevan en la dirección que quieren, con sus técnicas de sugestión y sus algoritmos.
No ERES, estás fuera de la vida.

Si juzgas, no estás en el amor, y si no estás en el amor, Dios no está en ti, y entonces eres manipulable y no entras en el gozo. Entonces, lo primero es no juzgar, porque al juzgar das pie a un RELATO.
El relato es una galleta tóxica de información. Cuando comes esa galleta, que es tóxica porque no tiene amor, y no tiene amor porque tiene juicio, te conviertes en un acusador. El acusador es el enemigo del amor, y puede que creas que triunfas, pero no eres real, eres tu “yo” falso, y nunca serás feliz, porque el gozo está en el amor. El amor es la vida, y si no tienes amor lo que tienes es no vida.

Lo segundo importante para ser real es ver a Dios en todas las demás personas.
Todo está bien. Tú eres otro yo, y yo soy otro tú.
José Cabal. Viatzolkin.com