CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Siempre que recuperas tu alma, recuperas tu energía vital, es decir aumenta tu energía vital.
Cuando recuperas el alma y encuentras el corazón dentro de tu alma, reconociendo que es tu corazón, entonces normalmente se produce una reconexión con tu energía vital luminosa.

Siguiendo el orden de los sellos, el camino entre el quinto sello, que es la serpiente y corresponde a la energía vital, y el noveno sello, que es la luna y corresponde al mundo emocional del alma, está ocupado por el desapego, sello 6 del enlazador de mundos; al que le sigue el sello 7 de la mano, donde podemos encontrar una sanación en la que también aparece el reconocimiento de las faltas contra el amor en la enseñanza de los sabios huicholes y el venado azul; y finalmente, el sello 8, asociado a la sociedad de la estrella, donde reconoces la luz en todas las personas, así como la armonía y la belleza.

Lo que une la energía vital, que los egipcios llamaban KA, y la energía emocional del alma, que llamaban BA, es una descarga o un deshacerse de lastre, porque el desapego es un abandono del ego en favor de la solidaridad, ya que el ENLAZADOR expresa al dragón y la solidaridad en su segunda versión (misma familia).
La MANO también es una segunda versión del azul, y el reconocimiento de las faltas al amor que proponen los sabios huicholes y el venado azul, es también un aligerarte de peso, porque todas las faltas contra el amor son también una adoración del ego, o sea del depredador, y el reconocer esa falta es deshacer un nudo que te une a él.
La sociedad de la ESTRELLA, donde reconoces a otras personas como maravillosas, o sea que tú no eres el maravilloso sino que las personas que encuentras son maravillosas, solo se puede producir cuando te has desecho del ego. No puedes entrar en la sociedad de la estrella diciendo “aquí estoy yo, obedecedme, reconocedme”, sino dando las gracias. Y entonces es cuando es posible que la energía luminosa perteneciente a dimensiones superiores se una a la energía amorosa del alma.

En este tramo de los sellos, todos expresan el dos: la serpiente es el segundo rojo, el enlazador es el segundo blanco, la mano es el segundo azul y la estrella es el segundo amarillo, y todos estos segundos colores hacen esa función de unir lo separado, es decir de unir o resucitar a Osiris.
Unir lo separado es participar en la resurrección. Reunir lo sagrado disperso forma parte de lo encargado a todo lo que aparece por segunda vez, entendiendo que también el mago como onda contiene una función unitiva y resucitadora.