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31 de enero
ENLAZAMIENTO DE TRADICIONES HERMANAS. 31 de enero. Noche 4 y Guerrero 9
Desde la presentación de las dos tradiciones hermanas se nos invita a encontrar dos fuerzas análogas que colaboran estrechamente para la iluminación.
Se trata simultáneamente de la iluminación personal y la del arquetipo, que supone también la iluminación de los ancestros.

Decimos que estamos ante dos fuerzas análogas porque el encantamiento del sueño nos presenta la noche en tono 4, que traduce la onda del SOL, mostrando cómo el ensueño es actuar como el sol, iluminando. Ensoñar es una forma de iluminar; no es un tiempo perdido sino ganado, mostrando desde su color azul cómo es esa iluminación.
Ensoñar es algo que te transforma, y esa transformación es el avance de la luz en ti.

Desde la tradición de los abuelos nos presenta al guerrero con la fuerza 9 de la estrella. Extrae y aporta la fuerza de la luz desde la sociedad de la estrella, encaminándose hacia el SOL 13, al encuentro del sol transcendente.
Este guerrero, que significa expansión de la conciencia, es análogo a la noche. Ensoñar y expandir la conciencia son análogos. En este caso también las ondas traducen esa complicidad y trabajo en favor de la luz (onda de la estrella y onda del sol).

Al mismo tiempo, al situarse el guerrero como análogo del ensueño hace referencia a los ancestros, ya que el análogo se obtiene desplazando el eje temporal que separa el dragón y el sol hacia atrás, hacia la frontera entre el sol y la tormenta, de modo que el dragón ya no queda como uno sino como dos.
Ese desplazamiento nos sitúa en el territorio de aquellos que nos están viendo transcendidos y que descienden hacia nosotros, hacia nuestro presente, como Tezcatlipoca por el hilo de la araña.
Claro que la araña es también la forma en que se presenta la semilla, que es el 4, el cómo y la autoexistencia. Este es un momento de conectar con la autoexistencia, con todos esos hilos que nos unen a aquello que sucede en dimensiones superiores.
Se trata de mirar, pero de mirar como quien escucha, buscando la resonancia.

Realmente son maravillosos los tiempos del descenso de Tezcatlipoca, que son los tiempos de Quetzalcóatl, de la serpiente que vuela, del colibrí, del águila y del acceso a lo óptimo.