CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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No se si se dan cuenta, pero el asunto es en parte trágico y en parte cómico, porque es absurdo e incoherente totalmente. Me refiero al tema de los calendarios.
El asunto es en parte trágico porque se alimenta de un odio inconsciente, al cual la parte lógica, del cerebro que se dedica a explicar las cosas a través de argumentos, le da una justificación.
Pero solo lo puede hacer porque los contenidos de esos argumentos son parciales y no totales; solamente utilizan una parte, porque hay otra parte de la realidad que no ve.

En la historia de la humanidad en todas las tradiciones se contempla el concepto de la lucha entre los hermanos, es decir que el odio al otro, que es el que viene después, forma parte de la energía interna del ser humano. Por eso en un determinado momento el Tzolkin, como energía maestra te dice “el otro es tú, tú eres el otro”, “tú eres yo, yo soy tu”, in lak’ech.
Está estudiado en la moderna psicología el conflicto que produce en el primer hijo la llegada del segundo, porque esa desviación hacia el nuevo u otro es sentida por el primer hijo, aunque no tiene conceptos conscientes para elaborarlo y normalmente es simplemente reprimida. Entonces, se produce una adaptación de supervivencia por la cual puedes expresar la hostilidad que sientes hacia ese nuevo otro.

Dentro del nuevo concepto de nacimiento que propone el Tzolkin, no se trata de adaptarse a esa presencia sino de amarla. El “tú eres otro yo” es una expresión de amor, cuando partimos de que también a ti mismo te amas. Pero es muy posible que no te ames suficientemente, no ames al otro o no ames a tus padres y por lo tanto tu relación con la sociedad no sea de amor sino de contención o supervivencia, y entonces lo que trates es de imponerte.
Todo eso no puedes verlo, porque las personas estamos hechas para amar. Cuando nuestra acción no proviene del amor, no podemos admitirlo ni verlo, y entonces aparece la realidad, que es un espejo, mostrando constantemente la imagen de una persona que es egoísta, abusadora y dominadora.
Es tu propia imagen; es la imagen que reflejas tú, pero quien ocupa ese lugar es el otro.

Para romper esa situación a la cual el pensamiento lógico le da fuerza, aunque no te justifica, es necesario que suceda algo que lo rompa, y eso proviene en ocasiones de catástrofes, enfermedades o hechos traumáticos que te hacen replantear, porque has visto que han actuado otras fuerzas.
Hay un momento iluminador en las catástrofes, que es lo que se expresa con la tormenta, porque pone a prueba el sistema de creencias.
También, de una forma menos violenta puedes acceder a ese cambio de creencias cuando encuentras lo absurdo, y en estos momentos uno de los vehículos de lo absurdo como maestro del cambio, es la absurda guerra de los calendarios.

El asunto es que los mayas sí conocían los bisiestos, pero los europeos y gente del viejo mundo, no, entendiendo que los bisiestos representan la acomodación que hay que hacer en la cuenta del año para incluir esa diferencia de casi un cuarto de día que no se cuenta en un año de 365 días.
El calendario juliano, que es una remodelación del calendario egipcio, no contempla esa acomodación, que sí conocían los mayas y enseñaron a los españoles, europeos y gente del antiguo mundo que había ido a la llamada del colibrí.
Porque los mayas galácticos, que no necesariamente son las personas que hablan el idioma maya, son maestros pero no invaden; no son maestros invasores o agresores, sino maestros dejándose invadir.
Al dejarse invadir actúan como maestros amorosos sobre aquellas personas, culturas y civilizaciones que vienen a su llamada o convocatoria. Y en esa convocatoria, esas personas son transformadas por los mayas galácticos. El contacto de la civilización del viejo mundo con la sabiduría existente en Mesoamérica, enseñada por los mayas galácticos, les lleva a modificar el calendario.

El calendario gregoriano es la incorporación de la propuesta existente en el calendario maya.
Ahora algunos quieren volver a un calendario de 365 días, es decir, alejado de la realidad, que no tiene justificación, porque antes se partía de un desconocimiento pero ahora se quiere partir de un olvido; se quiere olvidar las enseñanzas de los mayas galácticos, y para eso se dice que es así. Pero es erróneo.

El contacto entre esas dos civilizaciones produce en la gente del antiguo mundo la modificación del calendario, que ellos ya conocían.
Los mayas conocían los bisiestos, la necesidad de acomodar el tiempo a la realidad del tiempo.