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sexto castillo
Hemos entrado en el periodo que podemos reconocer como tiempo del sexto sol.
Esto significa que hemos cumplido el periodo del quinto sol y del enlazamiento, en el que la humanidad y los continentes pueden conocerse y ser reconocidos por todas las culturas.
El periodo del quinto sol es el periodo del enlazamiento y el reconocimiento, a ser posible desde la honra y el respeto. En él toda la tierra es visitada, dando igual que se trate de profundidades marinas, selvas, volcanes, cráteres, polos, desiertos, cuevas o montañas.
Es el momento, en el quinto sol, en el que todo puede ser reconocido, visitado, respetado y honrado.

Pero ese periodo ya ha culminado.
Hay un momento en la humanidad en que lo importante son las cosas para protegerse de los vaivenes del tiempo, de fríos o calores, y para asegurar la nutrición, así como las herramientas.
Es el periodo de la riqueza, que te “asegura” (entre comillas) la fuerza y te “asegura” la vida.
Eso está muy bien expresado en los tres niveles, del inframundo, el presente y el supramundo.

En el nivel del inframundo el problema son las enfermedades, el hambre y los cataclismos.
En el nivel del presente se produce el enlazamiento. Lo determinamos como nivel de la conciencia y como el crecimiento que sucede a través de ordenar mentalmente las experiencias y extraer conclusiones, desplazando el interés de las cosas a las ideas.
Son más importantes las ideas y los productos de la elaboración de las experiencias a través de la conciencia, que las cosas. Así, es más importante la previsión, por ejemplo la programación de cosechas, que simplemente tener comida.

Entonces, hay un periodo que podemos asociar con el inframundo, de cosas y de creación del cuerpo. Luego hay un periodo de conciencia que es el presente, con el desarrollo de las estrategias, donde aparece el engaño y no solo la fuerza, siendo el engaño y la simulación las energías que desarman a un oponente más fuerte.
Finalmente hay un periodo de supramundo, del destino, que de alguna manera es a donde estamos llegando ahora. En este momento lo importante no son las cosas, la fuerza o el dinero, y tampoco las ideas, la parte mental, el engaño o la simulación. Ahora se trata de adentrarse en otros contenidos.

Nuestra propuesta, vibración o información es que ahora entramos en el terreno de la emoción transcendente, allí donde el gozo no proviene de las cosas ni del pensamiento. Se trata del gozo emocional, que tiene una gran relación con los contenidos expresados en el castillo verde, asociado a la ética, estética y armonía, haciendo cosas por su valor de belleza y no por su valor monetario. Está asociado a la interacción con las otras personas, desde el in lak’ech o “tú eres otro yo”, donde nos une la paz y el amor, y no necesitamos competir sino compartir.

Este es el momento en que la emoción puede situarse en el lugar del gozo. Ya no se trata de sentirse bien porque estás colocado o has tenido un gozo mercenario donde las personas se venden, sino de descubrir cómo hay una emoción que te lleva al cielo y al éxtasis.

De alguna forma traduce a la familia del sol (familia polar), porque ahora entramos en la expansión del sol. Es el momento donde el águila, que pertenece al quinto castillo, se transforma propiamente en el sol, que pertenece al sexto castillo. Estaba en el primer castillo, pero cuando el asunto era inconsciente, es decir, sin conciencia, pero ahora, al colocar de nuevo el primer castillo después del quinto, hablamos del sexto castillo.
La familia polar aparece ordenada por los colores a partir del tercer castillo, que está asociado a la conciencia y el presente. En ese nivel se sitúa la serpiente, la parte instintiva del cuerpo.
En el segundo nivel se sitúa el perro blanco, que es la segunda onda del cuarto castillo y el segundo castillo después de la iluminación de la conciencia.

A continuación se sitúa el águila azul como tercera onda en el quinto castillo. Hay un azul como tercera posición después de la conciencia.
Luego está el sol amarillo en el sexto castillo, que es de nuevo la configuración del primero, pero el cuarto después de la conciencia.

El cuarto castillo corresponde al octaedro, que tiene una base 4, igual que el primer castillo.
Los dos están construidos con el 4, y hay un momento en que uno encaja dentro de otro.
Al principio se exponen secuencialmente, pero ahora, en el sexto sol, es el momento de establecer nuevas conexiones y de configurar nuevos contenidos a partir de los que ya estaban. Solo se trata de reposicionarlos.

Descubrimos el contenido evidente, que antes no se podía ver porque no habíamos llegado al águila, pero ahora ya sí.
El sexto castillo es el momento en que se despliega la luz. La invitación es a situarte en el sol, descubriendo tu sol interior, en cuyo interior lleva la emoción (luna).
Es el sol lleno de emoción y la luz llena de emoción.