CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Sí, ciertamente, gracias. Sí, nos encantan los hermanos Zapotecos, que vienen de la lluvia. Nos encantan. Los consideramos maestros. Consideramos cultura maestra aquella que dice que su origen está en las gotas de la lluvia y en el polvo que sale de las rocas, las arenas. Nos encantan, nos parece una sabiduría maravillosa en su sencillez luminosa. Sí, solo podemos decir eso.

Vemos la sabiduría de los antiguos egipcios, de la cual de alguna manera también somos continuadores, quizá sin saberlo, pero ciertamente continuadores. Y vemos cómo Nut es la mujer, que es el cielo, y vemos a Geb, que es el hombre y es la tierra.
Y cuando se unen Nut, que es el cielo, y Geb, que es la tierra, aparece Shu, el dios creador, el espíritu, el viento, la palabra. Shu es también Tefnut y entonces es ese agua que desciende del cielo.
El agua viene del cielo, y entonces vemos que viene de la mujer, de Nut.
Cuando esa unión entre el cielo y la tierra es sagrada, entonces aparece Shu, que es el dios creador y trae al mismo tiempo el agua del cielo.

Los hermanos zapotecas nos cuentan esa historia, cómo ellos vienen del cielo en esa forma de agua y se unen con las rocas, con las arenas de la tierra y aparecen como seres humano.
Sí, ellos nos cuentan la historia de lo sagrado y nos hablan del jaguar, que es la tierra, y nos hablan de la serpiente, que es el cielo, y ¿de qué cosa nos pueden hablar más que de Geb y Nut?
Para muchas personas quizá la serpiente parezca la tierra, porque la vemos pegada a la tierra, como algunas personas ven a la mujer como su propiedad, como la que lava la ropa, cuida de la casa, y entonces creen que el hombre es el cielo y la mujer la tierra. Sin embargo, los hermanos zapotecas en su humilde sabiduría luminosa nos presentan a la serpiente en el cielo.

También nos dicen quién es el humano, a quien le dicen:
No, tú no estás aquí para mandar en la tierra. Estás aquí para entrar en el inframundo, como el jaguar. Estás aquí para ver como el mago, más allá de las apariencias. Estás aquí para entrar en el inframundo y desde ahí elevarte al cielo como una luz.

Ser luz en el inframundo. Ser luz en la oscuridad.
José Cabal
Viatzolkin.