QUETZALCÓATL Y TEZCATLIPOCA:
Tezcatlipoca es el dios de la providencia, lo invisible y la oscuridad en la mitología mesoamericana. En esta mitología formaría una dualidad con Quetzalcóatl.
La traducción de Tezcatlipoca sería “espejo humeante” o “espejo-su-humo”.
Según algunos mitos hay cuatro personalizaciones de Tezcatlipoca, estando una de ellas asociada a Quetzalcóatl, de modo que Quetzalcóatl es también un Tezcatlipoca.
En la leyenda, Tezcatlipoca desciende del cielo por el hilo de una araña. En eso es similar al superhéroe Spiderman, que es siempre joven y tiene capacidades de curación, y que en realidad es una versión de Tezcatlipoca.
Nosotros lo asociamos al sello del espejo y a las expresiones “todo está bien”, “el niño divino”, “siempre joven”.
“Todo está bien”, porque no se hiere, se sana siempre y entonces no hay nada que le haga daño. Es una metáfora de una actitud ante la vida, de alguna manera opuesta a la víctima.
“El niño divino”, porque siempre es joven. Significa que es siempre atemporal. A Quetzalcóatl se le representa como un hombre mayor, un abuelo, una persona que ha aprendido de la experiencia y por lo tanto ha dejado de ser joven. Y de repente transmuta, que significa que deja de estar en una realidad de decrepitud y muerte, y en esa transmutación entra en una realidad atemporal. Por eso la metáfora es que Quetzalcóatl es el aprendizaje a lo largo del tiempo, y el anciano, y Tezcatlipoca es el resultado, “siempre joven”, porque es atemporal.
En la mitología egipcia Ra es el dios del sol y hay un momento donde se quiere mostrar la atemporalidad y entonces se habla de que Ra se hace viejo. Pero el sol siempre es joven, porque es atemporal, y entonces aparece Horus. Indica que el conocimiento en una dimensión material necesita transmutarse y entrar en lo atemporal. Lo conocido solo sirve en una dimensión. Por eso es viejo, porque es el conocimiento del hemisferio lógico. Pero cuando el conocimiento se transforma en sabiduría es cuando se realiza desde el hemisferio creativo, “siempre joven”. No necesita recordar.
La leyenda presenta a Quetzalcóatl y Tezcatlipoca como enemigos y cuenta cómo Quetzalcóatl, que es un hombre virtuoso y sabio, se mira en el espejo y entonces el espejo, Tezcatlipoca, le enloquece y de repente Quetzalcóatl viola a su hermana, es pendenciero y abusador, etc.
La leyenda presenta este hecho como un enloquecimiento, pero en realidad es también una metáfora o símbolo. Lo que está contando es que cuando tú eres Quetzalcóatl y aparentemente eres considerado como virtuoso, si te miras internamente tu sabiduría te muestra cuándo has actuado en contra del amor, a través de pensamientos, palabras, acciones u omisiones. Es decir, cuando Quetzalcóatl, como persona sabia, se mira profundamente y se compara con el amor que le ha rodeado siempre, que es lo que descubre como sabio, entonces se da cuenta de que él sí ha sido violento y abusador, y entonces es cuando comienza el viaje a la transmutación. El reconocimiento del error es el inicio.
Cuando Quetzalcóatl reconoce que ha sido abusador, es cuando comienza la transformación a Tezcatlipoca; es cuando Quetzalcóatl se reintegra en Tezcatlipoca, porque Quetzalcóatl siempre ha sido Tezcatlipoca. Entonces, ser virtuoso no es ser Tezcatlipoca, sino que lo que te permite ser Tezcatlipoca es reconocer cuándo has estado en contra del amor y de la vida, es decir, reconocer cuando en lugar de vida eres muerte. Y entonces es cuando puedes ser Tezcatlipoca.
Vemos cómo la onda del espejo es la siguiente a la onda de la serpiente, y además es la que lleva al centro del telar y al otro lado del espejo, a la otra realidad, al nuevo nacimiento, al nacimiento de tu ser divino como metáfora de que te reintegras en lo divino.
Ahí es donde vemos que primero aparece Quetzalcóatl como serpiente, pegado a la tierra, y en el momento 14, que es el momento mágico, de entrada en otra realidad, es cuando aparece Tezcatlipoca.
Vía Tzolkin. Extracto del libro “Curso del Calendario Maya: El Tzolkin enlazador”.
